sábado, 28 de febrero de 2009

Se buscan hombres para viaje peligroso.Sueldo bajo.Frío extremo.Largos meses de completa oscuridad.Peligro constante.No se asegura retorno con vida.



Aunque parezca mentira, más de 4.000 hombres y algunas mujeres respondieron a esta peculiar oferta de trabajo, publicada en un diario británico en 1914.
Pocos meses después, con una tripulación de 27 hombres (uno de ellos un polizón), 69 perros de trineo canadiense y un gato, el explorador irlandés Ernest Shackleton se embarcaba en el “” rumbo a los mares australes para intentar atravesar la Antártida a pie, una aventura que duró veinticinco meses.
Tras cruzar el helado mar de , y cuando sólo faltaban 160 kilómetros para llegar a la Antártida, el “” quedó atrapado en el hielo y tuvo que ser abandonado. Era el 27 de octubre de 1915. sabía que nadie iría a buscarlos y decidió entonces dejar a 22 de sus hombres esperando en la , mientras él mismo, acompañado de cinco marineros, salió en un bote salvavidas rumbo a Georgia del Sur en busca de ayuda.
Diecisiete días y 1.300 kilómetros después, el explorador y sus hombres llegaban a un centro ballenero y, cuatro meses después, volvían a la isla para rescatar con vida a los otros 22 compañeros.
Entre ellos estaba Frank Hurley, uno de los fotógrafos más afamados de la época, quien documentó la histórica aventura en varios centenares de fotografías que hoy forman parte de la exposición “Atrapados en el hielo”, organizada por la obra social de Caixa Catalunya y que puede verse en el Real Jardín Botánico de del 29 de enero al 22 de marzo.
La exposición incluye materiales didácticos e interactivos sobre la Antártida que contextualizan la aventura del “” y explican cómo es el continente helado, sus duras condiciones ambientales y las investigaciones científicas que se desarrollan en ese territorio, precisa el comisario de la exposición y profesor de geodinámica externa de la Universidad Autónoma de , Jerónimo López.
También se puede ver la exposición con una visita guiada por Jerónimo López, el meteorólogo Mario Picazo, la escritora Rosa Montero, el alpinista y director del programa “Al filo de lo imposible” o el director artístico PhotoEspaña, Alejandro Castellote, previa inscripción en el teléfono 902.400.973.


viernes, 27 de febrero de 2009

Dmitri Dmítrievich Shostakóvich

Vals nº 2

Dmitri Dmítrievich Shostakóvich ( (San Petersburgo, 25 de septiembre de 1906 – Moscú, 9 de agosto de 1975) fue un compositor ruso que vivió durante el período soviético. Tuvo relaciones difíciles con el partido comunista de la URSS (PCUS), que denunció públicamente su música en 1936 y en 1948. Sin embargo, en público se mostró leal con el régimen soviético, aceptó el carné del PCUS en 1960 y llegó a ser miembro del Soviet Supremo de la URSS. Su actitud frente al régimen comunista y el Estado soviético ha sido tema de agrias polémicas políticas y musicales y se ha discutido enconadamente si Shostakóvich fue o no un disidente clandestino frente al régimen.
Tras un periodo inicial de vanguardismo musical el estilo de Shostakóvich derivó hacia un romanticismo musical tardío en el que la influencia de Mahler se combina con la de la tradición musical rusa, con Músorgski y Stravinski como referentes importantes. Shostakóvich integró todas esas influencias creando un estilo muy personal que evolucionó incluso en algunas obras hacia la atonalidad. La música de Shostakóvich suele incluir contrastes agudos y elementos grotescos, con un componente rítmico muy destacado. En su obra destacan sus ciclos de quince sinfonías y quince cuartetos de cuerdas; además, compuso mucha música de cámara, varias óperas, seis conciertos y música de cine.
El estreno de su Sinfonía nº 1 en fa menor, opus 10, compuesta a los 19 años (1926) atrajo por primera vez la atención del público hacia su obra. Su música se caracteriza por una vitalidad rítmica y una riqueza melódica que recuerdan el folclore gitano del este de Europa. La mayor parte de sus obras están compuestas en formas musicales tradicionales y su lenguaje armónico suele ser sencillo y directo. Sus composiciones destacan por el dominio técnico de la orquesta. La ópera La nariz (1928), con un planteamiento expresionista y por momentos atonal que recuerda las obras de compositores occidentales como el alemán Paul Hindemith y el austriaco Alban Berg, fue bien recibida por la crítica y por el público aunque fue tachada por los dirigentes del partido comunista como una obra burguesa y decadente. Su segunda ópera Lady Macbeth of Mtsensk (1934, revisada como Katerina Ismailova, 1936) volvió a recibir el aplauso de la crítica y del público, pero el partido consideró que la ópera tenía carácter contrarrevolucionario. Este tipo de ataques obligaron a Shostakóvich a prometer que reformularía sus ideas artísticas. La Sinfonía nº 5 en re menor, opus 47 (1937, subtitulada "respuesta de un artista soviético a una crítica justa") y Sinfonía nº 6 en si menor, opus 54 (1939) fueron bien recibidas, tanto por el partido como por el público. Su Sinfonía nº 7 en do mayor, opus 60, Leningrado (1942), compuesta durante el asedio a Leningrado en la II Guerra Mundial, obtuvo un gran éxito. En 1948 su música fue atacada de nuevo por razones políticas y tuvo que volver a prometer que reformaría su estilo. Parece que lo consiguió, ya que en 1956 recibió la Orden de Lenin, máximo galardón soviético. Recibió asimismo varios Premios Stalin y en 1966 fue el primer compositor que recibía la condecoración de héroe del trabajo socialista. En 1962 Kiril Kondrachiu estrenó la Sinfonía nº 13 en si bemol menor, opus 113 Babi-Yar con textos de Ertuchenko. La Sinfonía nº 14, opus 135 incluye textos de Apollinaire, García Lorca y Rilke. Falleció en Moscú el 9 de agosto de 1975.
Los 15 cuartetos para cuerda de Shostakóvich (1935-1974) se consideran una gran contribución a la música de su época. Compuso asimismo 6 conciertos (2 para piano, 2 para violín y 2 para violonchelo), 15 sinfonías, música de ballet, canciones (con textos de Alexander Blok, Marina Tsvetaïev y Miguel Ángel) y bandas sonoras para películas. A pesar de que en sus primeras obras experimentó con la atonalidad, la obra global de Shostakóvich puede ser considerada como una importante contribución a la música tonal en un momento en el que sus contemporáneos más influyentes estaban experimentando con el serialismo o el neoclasicismo. Esta tendencia tonal se aprecia principalmente en sus sinfonías, que continúan la tradición de Gustav Mahler tanto en la forma como en el lenguaje armónico
Este vals pertenece a su obra Suite Orquesta de jazz nº 2 compuesta en 1938.
http://www.shostakovich.org/

jueves, 26 de febrero de 2009

Alabanza impúdica de la letra


Ya va para tres veces que me topo en alguna cadena de televisión con reportajes alarmadísimos sobre la violencia juvenil. Los crueles crímenes de jóvenes machos sobre hembras desvalidas o las palizas que hembras menos desvalidas propinan a otras hembras vaya usted a saber si desvalidas o no. El locutor y la más frecuente locutora suelen disponer un gesto de consternación impagable cuando se preguntan, señoras y señores, por las causas de tanta barbarie. Pues se las voy a decir.

Son varias. Algunas muy antiguas, como la pobreza, la ideología tradicionalista, el criminógeno paternalismo mediterráneo. Pero otras son nuevas y sobre ellas vale la pena detenerse. Una de las más elementales tengo la seguridad de que es el nuevo modelo de conducta que se impone a los chavales desde el cine y la televisión. ¿Les parece un tópico? ¡Naturalmente!, pero sólo porque nadie sabe cómo acabar con él. Es indudable que esos machitos perforados con metales, rapados y resentidos, han aprendido que la máxima elegancia es llevar, además, un buen punzón y zurrar a las chavalas, como en la tele. Y son iguales aquí, en Nápoles, Ecuador o Marruecos. Idénticos. Todos ven el mismo programa.

La única vacuna es la lectura, actividad que no pueden garantizar nuestros maestros. Mientras los modelos de conducta se construyeron con urdimbre literaria, la estructura moral del personaje imitado estaba garantizada. La lectura da forma a la experiencia, pero le añade reflexión propia y autónoma. La imagen no. Por eso la lectura no es una actividad técnica superada, sino una de las fuentes del aprendizaje más reprimida por unas élites que desprecian la inteligencia.

Recomiendo (sobre todo a los maestros) la lectura de ¿Para qué sirve la literatura?, de Antoine Compagnon (Acantilado) si quieren recuperar un poco de fe en sí mismos. Es ventajoso proteger al cachalote bizco y a la rana lunera, pero si tuviéramos un gobierno medianamente sensato financiaría una ONG para extender la lectura por este desolado país. Con que picaran cien al año, estábamos salvados.

[Publicado el 23/2/2009 a las 09:42]
Félix de Azúa
Nació en Barcelona. Licenciado y doctorado en Filosofía, profesor de Estética y colaborador habitual del diario El País, fue conocido gracias a su inclusión en la antología Nueve novísimos poetas españoles. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su parcela ensayística es amplia y destacada: Baudelaire, Lecturas compulsivas, Diccionario de las Artes, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas y Esplendor y nada. Los libros recientes son Ovejas negras, La pasión domesticada y Abierto a todas horas. Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis.

miércoles, 25 de febrero de 2009

HK




La recesión económica deja sin saber qué hacer al gobierno de Hong Kong con centenares de contenedores que se agolpan por todas partes incluidos los barrios residenciales.


Wall Street Journal

martes, 24 de febrero de 2009

Knockin´on Heaven´s Door


Canción escrita por Bob Dylan para la banda sonora de la película de 1973 "Pat Garrett y Billy The Kid" dirigida por Sam Peckinpah. En elaño 2004, fue votada como la número 190 por los representantes de la industria de la música y prensa en la revista Rolling Stone como parte de las "500 Mejores Canciones de Todos Los Tiempos".

Muchos artistas de diferentes épocas y estilos la han versionado, incluyendo Guns N' Roses Sandy Denny, Eric Clapton, The Grateful Dead, Bryan Ferry, Mark Knopfler, Wyclef Jean, Roger Waters, The B-Band, The Sisters of Mercy, Warren Zevon, Seether, Cold Chisel, U2, Danny & Dusty, Television, Guided By Voices, Avril Lavigne, Aerosmith, Daniel Lioneye, Antony and the Johnsons, Bon Jovi, The Lost Dogs, Bob Marley, Randy Crawford, Ladysmith Black Mambazo, Beau Jocques, Chaozz, Zé Ramalho (Brazil) y Rick Devin.

lunes, 23 de febrero de 2009

Ha sido el becario


No hace mucho, volví a ver a uno de mis profesores del bachillerato. Cuando me dio clase era joven, y por tanto sigue en activo. Lo recuerdo bien: era duro, pero buen enseñante, y los resultados que obtenía del alumnado podían considerarse bastante dignos. No era de esos docentes que se complacen en cargarse a toda la clase, con lo que más bien confirman su incapacidad para transmitir el conocimiento. Exigía, pero antes de hacerlo daba, y aprobaba siempre a más de la mitad.
Me contaba que días atrás había estado haciendo limpieza en el departamento y salieron de entre los papeles un montón de exámenes antiguos. Todos ellos suspendidos, y guardados en previsión de una posible reclamación por parte del alumno. A alguno le echó un vistazo y le extrañó lo que encontró. Porque aquellos ejercicios puntuados con un tres o con un dos eran en muchos casos mejores que los que ahora califica con aprobado y hasta bastante por encima del cinco. Comprobó, así, cuánto había bajado el listón de su exigencia. E indirectamente, añade éste que recoge y cuenta su pequeña historia, cómo se ha deteriorado el nivel de conocimientos de los alumnos que están en los cursos superiores de la enseñanza secundaria, es decir, los universitarios de ya mismo.
Pero este retroceso tan dramático en el curso de apenas una generación, que debería ser una de las máximas frustraciones de una sociedad (y más de la nuestra, donde el déficit de formación nos pasa la penosa factura de un bajo nivel de innovación y una baja productividad, que nos dejan sobreexpuestos e inermes frente a las coyunturas adversas como la que ahora tenemos encima), no parece importarle a nadie. El debate educativo en este país se centra, como es lógico, en otras cosas más perentorias y trascendentales, a saber: 1. Si debe ser extirpada del sistema o privilegiada más o menos tal o cual lengua de las que aquí se hablan (cuando parece que lo sensato, sin darle muchas más vueltas, sería que todas tuvieran garantizada una presencia acorde con la demanda social de sus hablantes). 2. Si deben transmitirse a los alumnos unos contenidos éticos de tal o cual orientación (cuando diríase que con enseñarles la historia del pensamiento moral y los valores constitucionales, sin más decoración ni exégesis, debería bastar y no habría de ofender a nadie). 3. Si las aulas deben convertirse en centros de adoctrinamiento religioso financiado por el contribuyente y respaldado por la coacción de una nota computable que induzca al prosélito a tomarse en serio la adquisición de la fe en cuestión (cuando las creencias religiosas, como asunto privado y personal que son, más bien demandan su cultivo y aliento en el entorno familiar y particular de cada cual, sin perjuicio de que todos tengan oportunidad de familiarizarse con aquello que de las religiones constituye acervo cultural de la comunidad).
De que los chavales sepan cada vez menos, en cambio, nadie se preocupa. No hay manifestaciones, ni objeciones de conciencia, ni ásperos debates. A lo mejor es que la ignorancia a todos conviene.


Lorenzo Silva

sábado, 21 de febrero de 2009

Artículo de Arturo Pérez Reverte


Fue el otro día, en Gijón. Era domingo y hacía sol, y la playa, y el paseo marítimo, estaban a tope de gente remojándose en el agua o apoyada en la barandilla de arriba, mirando el mar. Todo era apacible y muy de color local, gente de allí en plan familiar, sin apenas guiris. Era agradable estar de codos en la balaustrada, observando la playa y las velas de dos barquitos que cruzaban lentamente la ensenada. Había una cría dormida sobre una toalla junto a la orilla, y chiquillos que alborotaban entre los bañistas, y jovencitas en púdicos bikinis y mamás y abuelas en bañador respetable que charlaban mojandose los pies. Y un niño rubito y tenaz, un tipo duro que había hecho un castillo de arena y estaba sentado dentro, reconstruyendo impasible la muralla cada vez que el agua la lamía, desmoronándola. Lo que, por cierto, no es mal entrenamiento de vida cuando apenas se han cumplido siete años.
La pareja no me habría llamado la atención —había docenas semejantes— de no ser porque vi el gesto de la mujer. Eran dos abueletes que habían estado un rato a remojo. Llevaba ella un vestido de esos veraniegos para señora mayor, estampado, con botones por delante, y una cinta en el pelo que le recogía el cabello gris. Era regordeta y menuda. El estaba en bañador, un calzón de playa de color discreto, y se abotonaba despacio, con dedos torpes, los botones de la camisa gris de manga corta. Tenía las piernas flacas y pálidas, de jubilado al que le queda verano y medio, y la brisa le desordenaba el pelo blanco alrededor de la frente salpicada, como sus manos, con las motas que la vejez imprime en la piel de los ancianos. Los dedos del hombre no acertaban con el último ojal, y vi que la mujer le apartaba delicadamente la mano y se lo abotonaba ella, y luego, con un gesto lento y tierno, le pasaba la mano por la cabeza, como si quisiera arreglarle también un poco el pelo, peinárselo con los dedos y dejarlo un poco más guapo y presentable.
Me quedé mirándolos hasta que se alejaron camino de las escaleras, y aún vi que él se apoyaba en el hombro de ella para subir los peldaños. Y me dije: ahí los tienes, Arturín, toda la vida juntos, cincuenta años viéndose el careto cada día, y los hijos, y los nietos, y cállate y lo que yo te diga, y el fútbol, y aquella época en que él volvía tarde a casa, y el mal genio, y el verlo tanto en sus momentos de hombre que se viste por los pies como en los momentos de miseria; y en vez de despreciarlo de tanto asomársele dentro, de no aguantarlo por gruñón o por egoísta, ella aún tiene la ternura suficiente para ponerle bien el pelo después de abrocharle ese último botón en el ojal. Y a lo mejor él ha sido un tío estupendo o un canalla, y eso no tiene nada que ver, y resulta compatible con el hecho de que ella, que parió sola, que se calló por no preocuparlo cuando sintió aquel bulto en el pecho, que se ha estado levantando temprano toda la vida para tener paz en una cocina silenciosa, le siga profesando una devoción que nada tiene que ver con lo que llamamos amor; o a lo mejor resulta que el amor es eso y no lo otro, ese ejercicio de lealtad que puede consistir en repeinarlo con la mano, en decirle ponte guapo, Manolo. En que ella, que siempre fue al médico sola hasta cuando pensó que se iba a morir, entre en la consulta con él y le diga siéntate aquí, anda, estate quieto, que ahora viene el doctor. En cerrarle con disimulo la bragueta cuando él sale a pasitos cortos del servicio. En dedicarle una vida que él no siempre supo merecer.
Y ahora él depende de ella, y es ella la que lo sostiene como en realidad lo ha sostenido siempre. Y un día Manolo, o corno se llame, dirá adiós muy buenas; y ella, que renunció a tantos sueños, que se impuso a si misma un extraño deber unilateral, que no vivió nunca una vida propia que no fuera a través de él, se quedará de golpe quieta y vacía, perdida su razón de ser, con hijos y nietos que de pronto se antojan lejanos, extraños. Añorando la cadena que la ató recién cumplidos los veinte, cuando casarse, poner una casa, tener una familia, era un sueño maravilloso como el de las poesías y las películas. A lo mejor, antes de hacer mutis, él tiene tiempo, decencia y lucidez para darse cuenta de lo que ella fue en su vida. Y entonces echará un lagrimita y le dirá eso de que lamenta haberla tenido como una esclava, etcétera. Y ella, una vez más, se callará y le pondrá bien el pelo, para que agonice guapo, en vez de decirle: a buenas horas te das cuenta, hijo de la gran puta.
09/08/1998 El Semanal

Paraíso inhabitado. Ana María Matute.


«Nací cuando mis padres ya no se querían», recuerda Adriana, mucho después de que todo haya sucedido. Por ello, la niña se crea un paraíso propio, poblado por amigos imaginarios y una familia de su elección.«Uno de mis recuerdos más lejanos se remonta a la noche en que vi correr al Unicornio que vivía enmarcado en la reproducción de un famoso tapiz. Con asombrosa nitidez, le vi echar a correr y desaparecer por un ángulo del marco, para reaparecer enseguida y retomar su lugar; hermoso, blanquísimo y enigmático.»


Esta felicidad a medida se ve perturbada cuando Adriana debe iniciar el periplo escolar y entrar definitivamente en el mundo de los adultos, un entorno que le resulta ajeno cuando no hostil. Sin embargo, siempre queda un refugio bajo las relucientes estrellas escondidas en los cristales de la lámpara del salón.


"Pero sí guardo en mi memoria el gran vacío que dejó cuando se fue. Y tuvo que pasar mucho tiempo antes de que volviéramos a encontrarnos.
No sólo había desaparecido ella, también habían desaparecido el calor, la curiosidad y las ganas de conocer que me había despertado. Nunca hubiera podido imaginar que una ausencia ocupara tanto espacio, mucho más que cualquier presencia. Y fui consciente de mi gran soledad. Y este conocimiento aumentaba la tristeza que ya había descubierto. Sólo que ahora era mucho mayor. (pág. 72-73)"


Auténtica obra maestra en la impecable trayectoria de Ana María Matute, Paraíso inhabitado nos coloca en el territorio del misterio primigenio, y cerramos el libro invadidos por el presentimiento de que hubo un tiempo en que también fuimos parte de esa realidad oscura, invisible, maravillosa.

jueves, 19 de febrero de 2009

Frases


"Cada lector lee con su propia llave, que es como decir con su experiencia lectora, con sus vivencias, con sus gustos personales… Hay que leer a un autor para conocerse a si mismo. Lo que me maravilla de los libros que me gustan es que me abren puertas, que me muestran rincones que yo no conocía de mi o que tenía miedo de explorar".

Antonio Lobo Antunes,

Nacido en Lisboa es licenciado en Medicina, con especialidad de Psiquiatría. Entre 1970 y 1973 participó en la última fase de la guerra de liberación colonial de Angola, que ha sido tema recurrente en muchos de sus libros. Actualmente vive en Lisboa y se dedica exclusivamente a la literatura y el periodismo. En septiembre de 2008 el jurado de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara decidió que Lobo Antunes sería el ganador del premio FIL a la Literatura en Lenguas Romances.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Ojos azules


Seix Barral publicará en marzo "Ojos azules", novela inédita de Reverte, dentro de la colección Únicos
Es una historia de violencia, de ambición y mestizaje, que resume la noche más dramática de la conquista de México.
Elena Ramírez, directora editorial de Seix Barral, ha asegurado que “En Seix Barral quisimos publicarlo porque es un relato puro Pérez-Reverte, una perfecta miniatura de su escritura. En este sentido, encaja con la colección Únicos, encargada de la publicación de piezas exclusivas, inéditas o inencontrables”.
El relato tendrá 68 páginas con cinco ilustraciones “de extraordinaria calidad”, realizadas por Sergio Sandoval, diseñador conceptual de producciones como El Laberinto del Fauno o Hellboy.


-Ojos azules- Arturo Pérez-Reverte
La noche del 30 de junio de 1520, último día de los conquistadores en Tenochtitlán, es conocida como «la noche triste». Los aztecas saborean su próxima venganza mientras los españoles se aprestan a huir entre la lluvia, dejando atrás la promesa del oro por el que cruzaron el océano. Todos, menos uno. Un soldado de ojos azules que no está dispuesto a soltar un saco lleno del preciado metal. Ni aunque tenga que arrastrarse entre el barro, las vísceras y la sangre de sus compañeros, ni aunque ello suponga su captura.Una historia de violencia, de ambición y mestizaje, que resume la noche más dramática de la conquista de México.
"Llovía a cántaros. Llovía, pensó, como si el dios Tlaloc o la puta que lo parió hubieran roto las compuertas del cielo. Llovía mientras resonaban afuera los tambores, y los capitanes iban llegando cubiertos de hierro, sombríos, con las gotas de agua corriéndoles por los morriones y la cara y las cicatrices y las barbas. Llovía sobre Tenochtitlán, cubriendo la capital azteca de una noche húmeda; lágrimas siniestras que repiqueteaban en los charcos del patio del templo mayor, y disolvían en regueros pardos las manchas de sangre de la última matanza, la de centenares de indios mexicanos, cuando en plena fiesta el capitán Alvarado mandó cerrar las puertas y los hizo degollar, ris, ras, visto y no visto, hombres, mujeres y niños, por aquello de que al que madruga Dios lo ayuda, y más vale adelantarse que llegar tarde. Los he cogido en el introito, dijo luego Alvarado, cuando Cortés fue a echarle la bronca. Se me fue la mano, jefe, se disculpaba, huraño. Pero por lo bajini se reía, el animal. Los he cogido en el introito.Bum, bum, bum, bum. Apoyado en el portón, bajo la lluvia, el soldado de ojos azules reprimió un escalofrío mientras se ajustaba el peto y ceñía la espada. A su alrededor los compañeros se miraban unos a otros, inquietos. Al otro lado de los muros del palacio, afuera, los tambores llevaban sonando una eternidad. Bum, bum, bum, bum. Había toneladas de oro, pero ahora Moctezuma estaba muerto y se acababan las provisiones y todo se había ido al carajo. Bum, bum, bum, bum. También había miles y miles de mexicanos en la ciudad, alrededor, cubriendo las terrazas, llenando las piraguas de guerra en los canales y la calzada entre los puentes cortados. Mexicanos sedientos de venganza. Bum, bum, bum. Así todo el día y toda la noche, mientras en lo alto de los templos los sacerdotes alzaban los brazos al cielo y preparaban los sacrificios. Bum, bum, bum, bum. Aquello sonaba adentro, precisamente en el corazón, que los más cenizos ya imaginaban fuera del cuerpo, ensangrentado, abierto el pecho por el cuchillo de obsidiana. Bum, bum, bum. Menudo plan, pensó el soldado mirando las caras mortalmente pálidas de los otros. Venir desde Cáceres y Tordesillas y Luarca y Sangonera, que están lejos de cojones, para terminar abierto como un gorrino, con las asaduras hechas brochetas en lo alto de un templo, aquí donde Cristo dio las tres voces. Bum, bum, bum. Y además, de tanto oírlos, aquellos tambores habían adquirido un lenguaje propio. Si uno prestaba atención podía oír que decían: Teules malditos, perros, vais a morir todos hasta el último, y pagaréis el deshonor de nuestros ídolos, y vuestra sangre correrá por las aras y los escalones de los templos. Bum, bum, bum. Eso decían aquella noche, pensó estremeciéndose, los jodidos tambores de Tenochtitlán.Cortés, con cara de funeral, no se había ido por las ramas: tenían que romper el cerco. Dicho en claro, eso significaba Santiago y Cierra España, todos corriendo a Veracruz, y maricón el último. De modo que cargaron en caballos cojos y en ochenta indios aliados tlaxcaltecas la parte del oro que correspondía al rey, y luego dijo Cortés aquello de ahí queda el oro sobrante, más del que podemos salvar, y el que quiera que se sirva antes de darlo a los perros. De modo que los soldados de Pánfilo de Narváez, que habían llegado los últimos, se atiborraron de botín dentro del jubón y del peto, y bolsas atadas a la espalda, y anillos en cada dedo. Pero los veteranos que habían estado en Ceriñola y en sitios de Flandes e Italia y llevaban con Cortés desde el principio, y nunca se las habían visto como en el matadero de México, procuraban ir sueltos de cuerpo, sin mucho peso. Si acaso, como Bernal Díaz y algún otro, se embolsaron alguna joya pequeña, algún anillo de oro. Cosas que no les impidieran correr en una huida que iba a ser, eso lo sabían todos, de piernas para qué os quiero. Que no era bueno, como decía la mala bestia del capitán Alvarado, pasearse con los bolsillos llenos en noches toledanas como aquélla.Bum, bum, bum. Seguía lloviendo cuando abrieron las puertas y empezaron a salir en la oscuridad. Sandoval y Ordás en la vanguardia, con ciento cincuenta españoles y cuatrocientos tlaxcaltecas, con maderos paya reparar los puentes cortados. En el centro, Cortés, otros cincuenta españoles y quinientos tlaxcaltecas con la artillería y el quinto del tesoro correspondiente al rey. Después salieron los heridos, los rehenes, doña Marina y las otras mujeres, protegidos por treinta españoles y trescientos tlaxcaltecas, entremetidos entre los capitanes y la gente de Narváez. Y por fin, Alvarado y Velázquez de León en la retaguardia, con un grupo de los cien soldados más jóvenes que debían moverse a lo largo de la columna, acudiendo allí donde el peligro fuese mayor. Eso, en teoría. En la práctica no había más órdenes que andar ligeros, pelear como diablos y abrirse paso por los puentes y la calzada como fuera. A partir de cierto punto, cada uno cuidaría de su pellejo. Dirección: primero Tacuba y luego Veracruz. Eso, los que llegaran.Era el tumo de los últimos. Tiritando de frío bajo la lluvia, el soldado de los ojos azules terminó de atarse el saco de oro sobre el hombro izquierdo, se ajustó el barbuquejo del morrión, sacó la espada y echó a andar. El agua sobre los ojos lo cegaba, y la oscuridad le impedía ver dónde iba poniendo los pies. La columna se movía con ruido de pasos, oraciones, blasfemias, rumor metálico de armas y corazas. Iba a ser un largo camino, se dijo. Tacuba, Veracruz, Cuba, España. El peso del oro lo reconfortaba. Había venido muy lejos a buscarlo, había peleado y sufrido y visto morir a muchos camaradas por ese oro. Él tenía la certeza de que iba a salir con bien de aquélla; y a su regreso ya no tendría que arar la tierra ingrata en la que había nacido, seca y maldita de Dios, tierra de caínes esquilmado por reyes, curas, señores, funcionarios, recaudadores de impuestos y alguaciles; por sanguijuelas que vivían del sudor ajeno. Con aquel oro tendría para vivir bien y hacer una buena boda, para poseer su propia tierra y su propia casa. Para envejecer tranquilo, como un hidalgo, contándole a sus nietos cómo conquistó Tenochtitlán. Para morir anciano y honrado sin deber nada a nadie, porque hasta el último gramo de oro lo había ganado con su sangre, sus peligros, sus combates, su salud y su miedo.Sintió un hueco en el corazón, y antes de ser consciente de su pensamiento, supo que pensaba en ella. Los soldados que iban delante se habían parado, y allí, inmóvil bajo la lluvia, mientras esperaba a que la columna reanudara su marcha, recordó. Sólo era una india, se dijo. Sólo era una de esas indias. Las había a cientos, y ésta no tenía nada de particular. No era ni especialmente bonita ni especialmente nada. Pero él la encontró en el momento oportuno, al principio, cuando las relaciones de españoles y mexicanos aún eran buenas. Se la había tirado como lo que era: una perra pagana. Se la había tirado disfrutándola, con rudeza. Sin embargo, ella le cobró afición al Teule barbudo de ojos azules; volvió un día tras otro, y él repetía hembra entre las bromas groseras de sus compañeros. Qué la das, decían socarrones. Aquella mexicana se le quedaba mirando los ojos y lo acariciaba hablando cosas extrañas en su lengua. Era muy joven y muy triste; no se reía nunca, como si viviera envuelta en un presentimiento. Un día, ella le dio a entender que estaba preñada, y él se lo contó a los otros y todos se rieron mucho. Luego se la calzó por última vez antes de echarla a patadas, a ella y al bastardo pagano que llevaba en la tripa. Sin embargo, a la segunda o tercera noche en que no volvió, se sintió extraño. Anduvo un par de días buscándola, sin admitirlo ni siquiera ante sí mismo. Pero no dio con ella. Por fin reconoció, aunque tarde, que añoraba su piel sumisa, y el tono quedo de su voz cuando lo acariciaba, y aquella mirada oscura que a veces fijaba en él, orgullosa y lúcida e inconquistable allá adentro; y experimentaba una indefinible nostalgia de algo que apenas había llegado a conocer. Pensaba en aquella india con un hueco raro en el corazón, igual que el que sentía esta noche. Un hueco cuya intensidad superaba, incluso, la del miedo.Porque el miedo ya era mucho. Los tambores habían acelerado su batir, y Tenochtitlán entera resonaba de trompetas y gritos de los mexicanos alertados: se van, los teules se van, acudid y atajadlos y que no quede uno con vida. Y de la noche surgían cientos y miles de guerreros que caían en turba sobre la columna, y la laguna y los canales se cubrían de canoas de indios vociferantes, y los pasos y los puentes se taponaban de caballerías muertas, y de fardos con oro abandonados, y de mexicanos armados y feroces tirando con lanzas y flechas y mazas. Resbalaban los caballos en la calzada mojada de lluvia y caían los hombres desventrados, gritando, a los canales, y avanzaban los españoles en la oscuridad, por los vados a medio llenar de los puentes, el agua por la cintura, lastrados por el peso del oro bajo el que se ahogaban muchos. Atrás, volvamos, gritaban algunos, corriendo a encerrarse de nuevo allí de donde ya no saldrían jamás. Otros apretaban los dientes y seguían entre la turba de indios, arremetiendo a cuchilladas, adelante, adelante, a Tacuba y Veracruz o al infierno esta noche; y Cortés y los que iban a caballo se alejaban ya a salvo picando espuelas con la vanguardia, dejando muy atrás los puentes y a los que iban a pie, dejando atrás a esa retaguardia sumergida bajo miles de mexicanos sedientos de venganza, a la retaguardia que ya no era sino un desorden de hombres luchando a la desesperada por abrirse paso, gritos por todas partes, gritos de los hombres que clavaban las espadas ensangrentadas, gritos de los heridos y agonizantes, gritos de los mexicanos que caían con valor inaudito sobre los soldados rebozados de hierro, sangre y fango de los canales, gritos de los españoles apresados a quienes cortaban los tendones de los pies para que no escapasen, antes de arrastrarlos vivos hasta las pirámides de los templos, donde los sacerdotes no daban abasto y la sangre corría en regueros espesos bajo la lluvia.El soldado de los ojos azules peleó con bravura, a la desesperada, chapoteando en el barro, abriéndose paso a estocadas. El saco de oro le pesaba en el hombro pero no quiso dejarlo. Había ido muy lejos a buscarlo, y no pensaba regresar sin él. Avanzaba con un grupo de compañeros, batiéndose todos como perros salvajes, matando y matando sin tregua, y de vez en cuando alguno de ellos caía o era arrancado por las manos de los mexicanos y se oían sus gritos mientras se lo llevaban. La noche era cada vez más negra y turbia de bruma y lluvia, y en lo alto de los templos las antorchas ardían iluminando siluetas que se debatían en lo alto de los peldaños rojos, y los cuchillos de obsidiana bajaban y subían sin descanso, y seguían sonando los tambores. Bum, bum, bum, bum. Pero el soldado de los ojos azules ya no oía los tambores porque su corazón latía aún más fuerte en su pecho y en sus tímpanos. Las piernas se le hundían en el barro y el brazo le dolía de matar. Una piragua vomitó más guerreros aullantes que se abalanzaron sobre el grupo, y éste se deshizo, y se oyó la voz del capitán Alvarado diciendo corred, corred que ya no queda nadie detrás, corred cuanto podáis y que cada perro se lama su badajo. Y luego todo fue una carnicería espesa, tunc, y cling, y chas, carne desgarrada y golpes de maza y tajos de espadas, y el soldado oyó más gritos de españoles que morían o pedían clemencia mientras los arrastraban hacia los templos, y se dijo: yo no. El hijo de mi madre no va a terminar de ese modo. Llegaré a Veracruz y a Cuba y a España, y compraré esa tierra que me espera, y envejeceré contando mil veces cómo fue esta asquerosa noche. El oro le pesaba cada vez más y lo hundía en el barro, pero no quiso dejarlo, no lo dejaré nunca, he pagado por cada onza, y sigo pagando. Vio ante sí unos ojos oscuros como los de aquella india en la que pensaba a trechos, pero éstos venían llenos de odio y la mano que se alzaba ante él enarbolaba una maza. Se abrazó al mexicano, un guerrero águila pequeño y valiente, y abrazados rodaron por el fango, golpeando el otro, acuchillando él. Tajó en corto con la daga, porque había perdido la espada. Sácame de aquí, Dios, sácame de aquí, Dios de los cojones, sácame vivo, maldito seas, sácame y la mitad de este oro la emplearé en misas, y en tus condenados curas, y en lo que te salga de los huevos. Llévame vivo a Veracruz. Llévame vivo a Tacuba. Llévame vivo aunque sólo sea hasta el próximo puente, que ya me las apañaré yo luego.Siguió adelante, y ya ningún otro español iba a su lado. Soy el último, pensó. Soy el último de nosotros en este puñetero sitio. Soy la retaguardia de una vanguardia que ya está a una legua de aquí. Soy la retaguardia de Cortés y de su puta madre, y este oro me pesa tanto que ya no puedo caminar. Estaba cubierto de barro y de agua y de sangre suya y mexicana, y los pies se negaban a moverse, y el brazo le dolía de tanto acuchillar. Estaba ronco de dar gritos y le ardían los pulmones y la cabeza; pero el hueco del corazón seguía allí, y no podía dejar de pensar en ella. Estará en alguna parte de esta ciudad con su bastardo en la tripa, mirando lo que pasa. Mirando cómo a los teules nos hacen filetes. Igual hasta piensa en mi. Igual se pregunta si he logrado pasar. Igual hasta siente que me vaya.Más Indios. Ahora ya no intentó escapar. Carecía de fuerzas, así que acuchilló resignado, una y otra vez, cuando la turba le cayó encima dando alaridos. Acuchilló a tajos con una mano sobre el saco de oro y la daga en la otra hasta que sintió un golpe en la cabeza, y luego otro, y otro, y varias manos lo sujetaron, y aún intentó clavarles la daga hasta que comprendió que ya no la tenía. Entonces le arrancaron el saco de oro y se lo llevaron por la calzada bajo la lluvia, a la carrera, arrastrando los pies por el suelo, hacia una de las pirámides cuyos escalones brillaban rojos a la luz de las antorchas en las que crepitaba la lluvia. Y gritó, claro. Gritó cuanto pudo, desesperado, de forma muy larga, muy angustiada, a medida que lo iban subiendo a rastras pirámide arriba. Gritó de pavor ante la multitud de rostros que lo miraba, y de pronto dejó de gritar porque la había visto a ella. La había visto allí, entre la gente, observándolo fijamente con aquellos ojos grandes y oscuros. Lo miraba como si quisiera retenerlo en su memoria para siempre; y él apenas tuvo tiempo de verla un instante, porque siguieron arrastrándolo hasta el altar ensangrentado, que rodeaban cadáveres de españoles con las entrañas abiertas. Ahora oía otra vez los tambores. Bum, bum, bum. Tiene huevos acabar así, pensó. Bum, bum, bum. Es un lugar extraño, y nunca imaginé que fuese de esta manera. Sintió cómo lo levantaban en vilo, tumbándolo boca arriba sobre el altar mojado que olía a sangre fresca, a vómitos de miedo, a vísceras abiertas. Le quitaron el peto, el jubón y la camisa. Sentía un terror atroz, pero se mordió la lengua para no gritar, porque ella estaba allí, alrededor, en alguna parte, y él sabía que seguía mirándolo. Varias manos le inmovilizaron brazos y piernas. Quiso rezar, pero no recordaba una sola palabra de maldita oración alguna. Tenía los ojos desorbitados, muy abiertos a la lluvia que le caía en la cara, y de ese modo vio el cuchillo de obsidiana alzarse y caer sobre su pecho, con un crujido. Y en el último segundo, antes de que la noche se cerrara en sus ojos, aún pudo ver latir en alto, entre las manos del sacerdote, su propio corazón ensangrentado. Ojalá, pensó, mi hijo tenga los ojos azules."

Lenny Kravitz



El neoyorquino Lenny Kravitz cumple 20 años en la profesión y, para celebrarlo, ha puesto en marcha su gira europea 'LLR 20(09)', con la que recorrerá España durante el mes de mayo y visitará Valencia (Velódromo Luis Puig, día 2), Córdoba (día 3), Madrid (día 8) y Zaragoza (día 9).
Desde que en 1989 publicase su álbum de debut 'Let love rule', del que su discográfica (Virgin-EMI) prepara una edición especial para el 20 de abril, Lenny Kravitz se ha posicionado como una de las figuras más consolidadas del rock contemporáneo, con temas que ya forman parte del imaginario colectivo como 'Are you gonna go my way', 'American woman' o 'Fly away'.
El artista se ha planteado la gira como un homenaje a ese primer disco, de ahí el nombre del tour con la iniciales del mismo, 'LLR 20(09)', y ha programado un total de 49 fechas en las que visitará, entre otros países europeos, Reino Unido, Francia, Italia, Alemania o Suiza.

Batman.Barcelona

Barcelona no tiene nada que temer: Batman ha llegado a la ciudad. El Caballero Oscuro abandona Gotham para resolver una serie de extraños asesinatos entre las Ramblas, el Eixample, el Puerto y la Sagrada Familia. Una aventura envuelta en leyenda, según adelantan, algo que, combinado con el título, augura una revisión 'negra' y 'comiquera' de la leyenda catalana del bravo Sant Jordi, que atravesó a la bestia con su lanza.
Por el momento, Batman se adelanta a su renacimiento habitual con sólo dos imágenes: una en la que la aeronave privada de Bruce Wayne se acerca al litoral barcelonés y otra en la que el Caballero Oscuro, para salvar a una dama en apuros, salta a través de una vidriera del Hospital de Sant Pau, obra maestra de Domènech i Montaner.

Poco más se conoce a día de hoy de las 48 páginas que narran la aventura inédita del héroe -poco habituado a viajar excepto en sus salidas con la Liga de la Justicia- en sus vacaciones salvajes en la costa barcelonesa.
En el Hospital de Sant Pau.La nueva entrega de una de las sagas eternas del cómic, 'Batman: Barcelona. El caballero del dragón' (título que rememora, extrañamente, a la cinta en la que Miguel Bosé se traviste de extraterrestre), promete emoción, aventuras y misterio pero, sobre todo, saltos de alegría para los promotores de turismo de la ciudad, que aún siguen brindando por el paseo de 'Vicky Cristina Barcelona' por los festivales de todo el mundo.
Esta aventura inédita, que saldrá a la venta el próximo 29 de mayo, se editará a la vez en España y en Estados Unidos y celebrará su nacimiento en la inauguración del 27 Salón Internacional del Cómic de Barcelona.
Los protagonistas de 'El caballero del dragón'Esta aventura especial nace apadrinada por Jim Lee, uno de los ilustradores más influyentes de las últimas décadas, que pone la guinda en la portada del volumen. El autor, de origen coreano, puede alardear de haber dado vida no sólo a Batman, sino también a Superman, o a La Patrulla-X para Marvel, entre otros.
El guión corre a cargo de Mark Waid -'Flash', 'Kingdom Come', 'The Brave & The Bold'- quien, según explican desde Planeta de Agostini (editorial en castellano del comic), conoce la ciudad para poder retratarla tal y como es, "huyendo de topicazos e imágenes estereotipadas".
El autor barcelonés Diego Olmos se encarga del dibujo y el entintado y Marta Martínez, afincada en Barcelona, del color. Muy 'made in Barcelona', desde Gotham.

martes, 17 de febrero de 2009

Entre dioses y hombres


Exposición del Museo Nacional del Prado Madrid y la Skulpturensammlung Staatliche Kunstsammlungen Dresden. Comisarios: Stephan F. Schröder (Madrid), Moritz Woelk y Kordelia Knoll (Dresde).
El Museo del Prado muestra, por primera vez fuera de Alemania, una de las mejores colecciones históricas de escultura clásica de Europa. Se trata de la colección del Albertinum de Dresde, adquirida en el siglo XVIII por Augusto II el Fuerte, Rey de Polonia y Sajonia, y que, con motivo del cierre temporal del Museo Albertinum, está en Madrid gracias a un excepcional acuerdo de colaboración entre ambas instituciones.
Bajo el título Entre Dioses y Hombres. Esculturas Clásicas del Albertinum de Dresde y del Museo del Prado, la muestra reunirá 46 de las mejores piezas del Albertinum, entre ellas el Efebo de Dresde de la Escuela de Policleto, El Zeus de Dresde y La Atenea Lemnia, ambas de Fidias, La Ménade de Dresde, junto a 20 esculturas clásicas del Museo del Prado en un encuentro irrepetible.
Con ocasión del cierre temporal del Albertinum de Dresde, el Museo Nacional del Prado de Madrid expone por un período de seis meses las mejores obras de esta colección en sus nuevas salas, añadiendo algunas esculturas de su propia colección. La dirección del Albertinum ha cedido generosamente al Prado 46 obras, entre ellas el Zeus de Dresde y el Efebo de Dresde, réplicas romanas de la Atenea Lemnia de Fidias, del Sátiro escanciando vino de Praxíteles, la Ménade de Dresde y las dos Diosas de Herculano. Se verán en Madrid esculturas griegas, entre ellas tres relieves sepulcrales áticos, tres terracotas policromadas de Tanagra, una serie de esculturas helenísticas de Alejandría y de otros centros y algunos retratos romanos de gran calidad. La exposición esta dividida en tres grandes apartados. Cada uno representa una época distinta del arte grecorromano además de un tema específico.
La historia de la colección de Dresde tiene muchos paralelos con la del Museo del Prado. Durante el reinado de Federico Augusto II (1670-1733) llegaron varias colecciones muy importantes de Roma a Dresde: en 1726 la colección de bustos antiguos de Giovanni Bellori como regalo del rey Federico Guillermo I de Prusia a Augusto II; dos años más tarde la numerosa colección del príncipe Agostino Chigi y la exquisita colección del cardenal Albani. Finalmente, en 1736, fueron adquiridas de la herencia del príncipe Eugenio las tres Mujeres de Herculano. Otro interesante grupo de obras son esculturas originales griegas y helenísticas, adquiridas por el Albertinum durante los siglos XIX y XX. Hasta mediados del siglo XIX, el Albertinum (*) de Dresde albergaba la colección más prestigiosa de esculturas clásicas de Alemania. Por el bombardeo de Dresde y el siguiente traslado a la Unión Soviética (1946-1958), la colección, hasta ahora no publicada dignamente, se quedó algo olvidada.(*) El Albertinum es un museo de la ciudad alemana de Dresde ubicado en el emplazamiento de la antigua armería de la ciudad. Actualmente cerrado por obras de reforma y ampliación, desde enero de 2006, el Albertinum albergaba antes de su clausura la pinacoteca de los maestros modernos (Galerie Neue Meister) y la colección de esculturas de las Staatliche Kunstsammlungen Dresden. El nombre Albertinum es en honor al rey Alberto I de Sajonia, que mandó construirlo.

Fotografías en 360º


lunes, 16 de febrero de 2009

Walker Evans en la Fundación Mapfre







Una importante selección de las mejores fotografías originales del norteamericano Walker Evans, el fotógrafo que puso cara a la Gran Depresión, se exhiben en la Fundación Mapfre,en Madrid.
Con más de un centenar de instantáneas 'vintage' realizadas en gelatina de plata procedentes de los fondos de la principal colección privada dedicada a este artista, la exposición documenta ampliamente todas las etapas de su trayectoria.
Se trata por ello de una muestra "realmente importante" compuesta por extraordinarios originales que el positivó personalmente o que se hicieron bajo su especial supervisión. "Esto es algo verdaderamente excepcional. Pocas exposiciones se pueden hacer solo con 'vintages'", ha explicado durante la presentación Pablo Jiménez Burillo, director general del Instituto de Cultura de la Fundación Mapfre.
En su opinión, Evans (1903-1975) no es solo uno de los nombres mayores en la historia de la fotografía "sino que es un fotógrafo que consigue comunicar con el espectador de una forma intensa y clara en su afán de contarnos la realidad y el cómo son las cosas. En la exposición resulta muy fácil reconocer los sentimientos".
"Abarca desde sus primeras fotografías hasta las que hizo con Polaroid en los últimos años de su vida. Es la mejor exposición posible sobre uno de los mejores fotógrafos", comentó Gollenet para quien Evans es el principal exponente del estilo documental. "Es un modelo con un lenguaje fotográfico que ha sido ejemplo para todos".
Una mirada poética
Walker Evans es "una de las figuras que más han influido en el arte contemporáneo y señaló el camino a seguir en la fotografía. Sus imágenes son sencillas técnicamente y con ellas allana el camino al arte, todo podía ser bello". Con una mirada poética, cuya modernidad procedía de la literatura, Evans contribuyó a la creación de esa imagen por la que América se reconoció a sí misma.
El recorrido de la exposición, en el que se muestra cómo Evans captó en imágenes concisas, contundentes y sobrias todas las caras de una sociedad capitalista, se inicia con fotos tomadas con una Leica en Nueva York en 1928 en las que se observan rascacielos, escenas sencillas, calles, interiores. La Habana, Nueva Orleans, Chicago se unen al relato en el que explora el tejido urbano y la acumulación de signos.
El núcleo de la exposición lo forman la selección de imágenes realizadas en 1935 y 1936. Evans comprendió la amplitud del drama social durante la Gran Depresión pero al mismo tiempo supo mantener una distancia.
Con sus fotografías, en las que combina la crítica social, el documental y la estética, trata de acercar las duras condiciones de vida y la pobreza de la población rural a un público ignorante de la situación por la que atravesaba el país.
La exposición muestra también la nueva forma de tratar el retrato que tuvo Evans entre 1938 y 1945. Con la cámara oculta bajo el abrigo, se centró en las caras de los viajeros del metro de Nueva York.
En la última fase de su carrera, desde finales de los 50 y hasta su muerte, el color se convirtió en eje de su trabajo. En sus fotografías persisten los temas que le obsesionaron a lo largo de su carrera, con unas imágenes que son expresiones gráficas de una sociedad que se ha vuelto insensible a las múltiples representaciones que componen su experiencia cotidiana.
Un anuncio de Coca Cola, el banco de una calle cualquiera, las barberías para la "gente de color", una señal de tráfico, la mirada perdida de los viajeros del metro de Nueva York... Cualquier cosa atraía la mirada áspera y desnuda de Walker Evans. Como el espíritu que transita las novelas de William Faulkner, el creador de la fotografía documental supo retratar como pocos el silencio y el vacío de la sociedad estadounidense, lanzar una mirada directa a los hechos y a los objetos que hicieron a Estados Unidos atravesar la tormenta del New Deal y caminar hacia el imperio que hoy se replantea.

domingo, 15 de febrero de 2009

La sombra

Una antigua fábula de Plinio el Viejo († 79 d.C.) sitúa el origen de la pintura en Corinto, donde una joven muchacha, hija del alfarero Butades de Sición, habría trazado el contorno de su amante sobre una pared, ayudada por la luz de una vela. “La sombra” como tema artístico ha estado indivisiblemente unida a la historia del arte occidental; su intencionalidad ha sido fundamentalmente naturalista, al subrayar la verosimilitud de lo representado, pero cada época la ha dotado de connotaciones diferentes. La presente exposición, además de tratarse de la primera gran monográfica sobre el tema, se propone llamar la atención del público sobre la existencia de caminos transversales y mostrar los hilos, a veces ocultos, que unen diferentes épocas y artistas pese a la distancia cronológica que les separa.





Joseph Wright of Derby (1734-1797)
La doncella corinta



En las salas del Museo se presentan las obras que van desde el siglo XV hasta fines del siglo XIX, en un completo recorrido por algunos de los principales artistas que han representado y utilizado la sombra proyectada en sus composiciones. Tras un primer espacio de introducción dedicado a mostrar el mito de la sombra en el origen de la pintura, la muestra arranca con algunos ejemplos destacados de su estudio y utilización en la creación de perspectivas por parte de los artistas del Renacimiento, así como de las connotaciones simbólicas que tuvo en la época; el itinerario continúa con la obra de los pintores tenebristas del Barroco y su espectacular uso de luces y sombras, sigue con su incorporación como elemento narrativo fundamental en la época romántica y postromántica, hasta llegar a la representación de la sombra y la luz en el Impresionismo y el Simbolismo. Están presentes, entre otros, artistas como Jan Van Eyck, Lorenzo Lotto, Rembrandt, George de La Tour, Francisco de Goya, Camille Pissarro, Claude Monet, Édouard Vuillard, Félix Valloton o Santiago Rusiñol.



Jan Van Eyck (1390-1441)
Díptico de la anunciación



La mayoría de los pintores antiguos muestra desinterés por la sombraEn su breve ensayo acerca de la sombra en la pintura, el gran historiador E. H. Gombrich señala la poca fortuna que la sombra proyectada ha tenido en la historia del arte. Entre los pintores, incluso entre los más eminentes, han sido minoría los que la han tenido en cuenta. Las razones son variopintas, si bien quienes saben de ello aducen dos fundamentales: por un lado, las religioso-metafísicas, que, desde el neoplatonismo, la identificaban con el mundo de las apariencias (la caverna platónica) y hacían de ella, por tanto, un motivo escasamente atractivo en una iconografía imbuida de teología cristiana, y, por otro, las de índole técnica, debidas a la renuencia de los pintores a enturbiar sus composiciones con un elemento tan ubicuo y distorsionador.
Santiago Rusiñol (1861-1931)
Vista del jardín de la Isla de Aranjuez

La sombra se deja ver marginalmente en el Renacimiento, estrechamente relacionada con el interés por la perspectiva; aunque anecdótica, pues es la luz la que ostenta el protagonismo, tiene una novedosa vida en el Barroco, sobre todo con los seguidores de Caravaggio, que conciben sus obras para refulgir en la oscuridad iluminada por las velas; y reaparece, asociada ya a lo tenebroso y siniestro, en el Romanticismo; pero no es hasta el siglo XX cuando atrae por sí misma la atención de un número considerable de artistas. En realidad, antes del pasado siglo prácticamente sólo aparecía como motivo central en las representaciones del mito del nacimiento de la pintura que, siguiendo a Plinio el Viejo y a Quintiliano, lo situaban en los primeros intentos de delinear el contorno de la sombra de un hombre, así como en las contadas recreaciones del episodio de la vida de san Pedro en el que éste sana a unos enfermos imponiéndoles su sombra.




jueves, 12 de febrero de 2009

Coldplay

El grupo británico Coldplay logró el premio Grammy a la mejor canción del año ('Viva la Vida') y al mejor álbum de rock ('Viva la Vida or Death and All His Friends'), en la 51 edición de los premios de la Academia de Grabación, en Los Ángeles. El grupo se hizo anteriormente con el galardón a la mejor actuación pop vocal de un dúo o grupo, por el tema 'Viva la Vida'.


miércoles, 11 de febrero de 2009

Los "Cronistas del Planeta"


Los "Cronistas del Planeta" es el título de un vídeo grabado sobre los corresponsales españoles en el extranjero galardonados con el prestigioso premio "Cirilo Rodríguez", que va a acumplir muy pronto un cuarto de siglo de existencia. Desde Manuel Leguineche, el "jefe de la tribu", hasta Javier del Pino que lo consiguió el pasado año, no cuenta sólo un capítulo de la historia de nuestro periodismo sino que es, además, un resumen de los grandes acontecimientos internacionales, desde la guerra de Vietnam a la invasión estadounidense de Iraq, pasando por el hundimiento de la URSS y del bloque de los paises del Este de Europa, las guerras de los Balcanes, las hecatombes de África o el interminable conflicto palestino-israelí.
Rosa Maria Calaf, Pilar Bonet, Felipe Sahagín, Fran Sevilla, Ramón Lobo, Vicente Romero, Gervasio Sánchez, Juan Cierco, Ferran Sales, los cámaras de le televisión José Luis Márquez y Evaristo Cañete, en los que se inspiró Arturo Pérez Reverte para escribir "Territorio comanche", dan, entre otros periodistas, su testimonio en esta cinta. Yo tuve, también, la ilusión de recibir este premio en el año 2003 por mi trabajo de corresponsal en Oriente Medio para La Vanguardia.
El vídeo comienza con una evocación de Cirilo Rodríguez, nacido en Segovia, que transmitió en sus crónicas para Radio Nacional de España la histórica llegada del primer hombre a la luna. A fin de recordar su figura, la Aasociación de la prensa de Segovia, presidida ahora por Alfredo Matasanz, organizó este premio que reconoce el éfimero trabajo periodístico de los enviados al extranjero.
El "Cirilo Rodríguez", gracias a su éxito y a la independencia de sus jurados, se ha convertido en un preciado galardón para todos los periodistas dedicados a la información internacional. En este vídeo conmemorativo, poducido por la Asociación de la Prensa de Segovia y dirigido con ilusión por Aurelio Martín, con el cámara Evaristo Cañete contando con imágenes del archivo de Televisión Española, se hace una reflexión en torno al oficio de corresponsal, que, pese a todos lo revolucionarios cambios tecnológicos experimentados, sigue estando basado en su personal manera de narrar, ya sea en el texto o en la imagen. "Hay que trsnmitir -afirma Ramón Lobo- no sólo la infomación sino también los sentimientos".
Hubo un tiempo, como recuerda Manuel Leguineche, en que "era mejor estar en cualquier sitio que en Madrid". Como era difícil o imposible escribir en los diarios durante la dictadura, los que aspiraban a narrar, a contar en los periódicos, a ser escritores de periódicos, teníamos que viajar al extranjero para encontrar no sólo temas interesantes, sino tener un ambiente de libertad de expresión. ¿Cuantas veces, por ejemplo, al escribir sobre la junta de los coroneles de Grecia, denunciar su represión contra manifestantes y universitarios, glosar las canciones de Theodorakis, aludíamos a la situación de España bajo el franquismo?
Si hay algo indiscutible en esta cinta, en los pasajes en torno al futuro de este oficio, es la voluntad de continuar una vocación periodística, tan atípica como radicalmente necesaria, que se ha convertido, para muchos, en un estilo de vida. La Asociación de la Prensa de Segovia ha acometido un excelente y útil trabajo para todos los que se interesen por el periodismo.
Esta cinta de media hora de duración será presentada próximamente en el Teatro Juan Bravo de la antigua ciudad castellana, y difundida en mayo por los canales de TVE Internacional y de Veinticuatro horas. La ceremonia del vigésimo quinto aniversario del Premio Cirilo Rodríguez contará con la presencia de los Príncipes de España. Doña Leticia ostenta la presidencia de honor. Cada primavera hay un revoloteo de corresponsales, que vienen de los cuatro continentes con ilusión, a la acogedora ciudad monumental de Castilla.

Tomás Alcoverro.

(periodista nacido en Barcelona en 1940; es corresponsal en Oriente Medio del diario La Vanguardia. Licenciado en Derecho y Periodismo, ha colaborado desde muy joven en Revista de Badalona, Conciencia, Destino, Ínsula, Correo Catalán y ABC.
Desde 1970 reside en Beirut, desde donde ha publicado más de siete mil crónicas para la sección de Internacional de La Vanguardia. Ha vivido en primera persona las guerras libanesas entre 1975 y 1990, la guerra del Líbano de 1982, la ocupación turca de Chipre, la guerra entre Irak e Irán, las guerras contra el régimen de Saddam Husein, las intifadas palestinas, los golpes de Estado, y la revolución islámica de Irán. Fue uno de los pocos corresponsales occidentales que permaneció en los barrios del Oeste de Beirut durante el tiempo del terror)

Van Morrison publica 'Astral Weeks: Live at the Hollywood Bowl'

El cantante Van Morrison publica el 10 de febrero su nuevo álbum, 'Astral Weeks: Live at the Hollywood Bowl', grabado en directo en noviembre de 2008, en el emblemático Hollywood Bowl de Los Ángeles (California).
En el disco, Morrison (Belfast, 1945) hace una revisión de su mítico álbum 'Astral Weeks', editado originalmente en 1968 y considerado como uno de los máximos exponentes de la gran música. El músico presentará el álbum en concierto los días 27 y 28 de febrero en el Madison Square Garden de Nueva York.
'Astral Weeks: Live at the Hollywood Bowl' dura más de 71 minutos (el disco original apenas sobrepasaba los 47) y contiene canciones como 'Astral Weeks-I Believe I've Trascended', 'Beside You', 'Slim Slow Slider-I Start Beaking Down', 'Sweet Thing', 'The Way Young Lovers', 'Cyprus Avenue-You Came Walking Down', 'Ballerina-Move On Up', 'Madame George', 'Listen To The Lion-The Lion Speaks' y 'Common One'. Estas dos últimas no figuran en el 'Astral Weeks' original.
CONCIERTO "ELECTRIZANTE"
"Este concierto en el Bowl fue electrizante", declaró Ian Ralfini, vicepresidente de EMI Music y que ya había trabajado con Morrison en la grabación original de Astral Weeks en 1968. "Para algunos tuvo cierta carga nostálgica y para otros supuso una experiencia nueva, pero para todo el mundo fue, sin duda, un gran concierto y una pieza de historia musical", añadió.
Este nuevo álbum se publica a través de Listen To The Lion Records, el sello de Morrison, y está distribuido por EMI. Desde que en 1964 formó el grupo Them y compuso 'Gloria', el primer gran clásico de su carrera, el músico se ha convertido en una de las referencias indispensables de la música popular urbana del último medio siglo.
Su primer álbum como solista ('Blowin' Your Mind!', 1967) contenía canciones como 'Brown Eyed Girl', otro clásico de su repertorio. Van Morrison tenía 22 años y problemas con las finanzas y el alcohol, pero en 1968 publicó 'Astral Week's, conocido por su impresionismo simbolista y su planteamiento conceptual.
PELÍCULA CON SCORSESE
A continuación llegaron 'Moondance' (1970), 'His Band and the Street Choir' (1970), 'Tupelo Honey' (1971), 'Saint Dominic's Preview' (1972) y 'Hard Nose the Highway' (1973). En 1974, 'Veedon Fleece' significó otro punto álgido en su carrera.
En 1976 cantó 'Caravan' en el concierto de despedida de The Band y armó el taco, recogido por Martin Scorsese en la película 'El último vals'. La producción discográfica de Van Morrison continuó a un álbum por año con obras fundamentales como 'Wavelenght' (1978), 'Into the Music' (1979), 'Beautiful Vision' (1982), 'Inarticulate Speech of the Heart' (1983), 'A Sense of Wonder' (1985), 'Poetic Champion Compose' (1987), 'Irish Heartbeat' (1988) o 'Avalon Sunset' (1989) mezclando influencias del rock, de la música tradicional irlandesa, de la clásica, del jazz, del soul, del blues y del rhythm and blues.


martes, 10 de febrero de 2009

La voz a ti debida


LA VOZ A TI DEBIDA
Versos 102 a 126

¡Si me llamaras, sí;
si me llamaras!
Lo dejaría todo,
todo lo tiraría:
los precios, los catálogos,
el azul del océano en los mapas,
los días y sus noches,
los telegramas viejos
y un amor.
Tú, que no eres mi amor,
¡si me llamaras!
Y aún espero tu voz:
telescopios abajo,
desde la estrella,
por espejos, por túneles,
por los años bisiestos
puede venir. No sé por dónde.
Desde el prodigio, siempre.
Porque si tú me llamas
«¡si me llamaras, sí, si me llamaras!»
será desde un milagro,
incógnito, sin verlo.
Nunca desde los labios que te beso,
nunca
desde la voz que dice: «No te vayas».


Pedro Salinas, 1933

Paseo por Oviedo

lunes, 9 de febrero de 2009

Patio Herreriano de Valladolid.. Museo de Arte Contemporáneo Español


En el solar que hoy ocupa el Museo Patio Herreriano, antes Monasterio de San Benito, se ubicaron en los siglos XII y XIII los Reales Alcázares. En el s. XIV esta fortaleza perdió su función defensiva para convertirse en monasterio benedictino. La primitiva iglesia del monasterio ocupaba el espacio de la antigua capilla del Alcázar (capilla de San Ildefonso), y a sus pies se construyó una importante capilla funeraria, la de Don Sancho de Rojas, hoy de los Condes de Fuensaldaña. La orden benedictina practicaba una clausura estricta y voto de silencio, lo que suponía una ruptura en la relajación de costumbres de la Iglesia en la baja Edad Media. En los siglos XIV y XV recibió numerosas donaciones de nobles y eclesiásticos y pasó a convertirse en cabeza de la orden en España. Estas contribuciones económicas y su cada vez más extenso poder le permitieron ir acometiendo sucesivas reformas y ampliaciones.
A finales del s. XV pudo construirse una gran iglesia para el monasterio (actual iglesia de San Benito) en la que participaron algunos de los mejores arquitectos de la época, como Juan de Arandia y Rodrigo Gil de Hontañón, y a finales del s. XVI se encargó al arquitecto Juan de Ribero Rada el diseño de un nuevo y más amplio monasterio. Las "trazas universales", es decir, el diseño general del conjunto monástico, se conservan en el Archivo Histórico Nacional. Se trataba de un proyecto ambicioso que sólo pudo ser llevado a cabo parcialmente y que giraba en torno a tres claustros principales: el patio procesional (actual Patio Herreriano) que acogía las dependencias de los monjes, dormitorios, refectorio, sala capitular y biblioteca; el Patio de Novicios, que separaba la zona de clausura de la zona pública; y el Patio de la Hospedería, que albergaba los servicios públicos del monasterio. Éste era la mejor botica, el archivo y banco más seguros de la ciudad y la bodega más importante, puesto que los benedictinos eran propietarios de grandes extensiones de viñedos.
Durante mucho tiempo el Patio Herreriano fue atribuido erróneamente al arquitecto Juan de Herrera por su estilo y proporciones, inspirados en el Patio de los Evangelistas de El Escorial. Una vez acabada la fachada principal del monasterio, llamada Portería Real, el Patio se inicia en torno a 1596, prolongándose su construcción hasta 1665. Las proporciones del claustro están condicionadas por el espacio preexistente delimitado por la iglesia de San Benito, el cuarto de San Julián (actual sala Gil de Hontañón) y la Capilla de los Condes de Fuensaldaña. La construcción del Patio Herreriano contribuyó a enlazar el desmembrado conjunto de edificaciones que hasta el momento habían formado parte del monasterio.
Aunque no se observa a primera vista no es un patio totalmente regular, puesto que la longitud de sus lados y los ángulos de unión son desiguales. Estas irregularidades son apenas perceptibles, dado que la armonía de su organización espacial se ve reforzada por el propio alzado del claustro. Cada lienzo está formado por dos alturas de siete arcos cada una, separados por columnas pareadas, en el cuerpo inferior toscanas y en el superior jónicas. La monumentalidad viene resaltada igualmente por el empleo de la piedra, que aunque era un material escaso en Castilla, pudo obtenerse gracias a la concesión por parte de Felipe II del uso en exclusiva de unas canteras cercanas. El Patio Herreriano constituye por su orden y claridad uno de los mejores ejemplos de arquitectura clasicista española del s. XVI.
Las obras del monasterio se prolongaron hasta el siglo XVIII, momento en que se termina el claustro de la Hospedería. Poco después empieza el declive de su historia como centro monástico. La llegada de las tropas napoleónicas supuso el levantamiento de los suelos de piedra de los patios para pavimentar las calles de la ciudad, mientras en el interior del templo se construían hornos y almacenes de grano y paja. La breve recuperación benedictina tras la invasión francesa quedó truncada por los decretos de desamortización que supusieron su cierre definitivo en 1835.
Entre esta fecha y 1965, que pasó a ser dependencia municipal, el monasterio volvió a su origen militar, denominándose Fuerte de San Benito, lo que llevó al derribo y reforma de significativas zonas del antiguo monasterio. En la actualidad cada uno de los tres patios cumple diversas funciones. El de la Hospedería es sede de oficinas del Ayuntamiento, tras una profunda rehabilitación arquitectónica. La iglesia de San Benito y un sector del patio de novicios están regentados por los carmelitas descalzos. Finalmente el Patio Herreriano alberga la sede del Museo de Arte Contemporáneo. De su extremo oeste nacen ahora las nuevas construcciones necesarias para su adaptación a museo. El complejo arquitectónico se ha formado por tanto a través de un largo e histórico ensamblaje de espacios, de los que el museo es el último avatar. La peculiaridad de San Benito trasciende así su historia para hacerse, de nuevo, un centro de referencia en Valladolid.
El Patio Herreriano posee una colección de arte contemporáneo español desde 1918 hasta la actualidad. Sus funciones principales son mostrar y estudiar el arte contemporáneo a través de proyectos específicos y programas de exposiciones temporales, así como constituirse en referencia y herramienta ineludible para su estudio y difusión a nivel internacional. El museo se ubica en uno de los claustros del Monasterio de San Benito, obra de Juan de Ribero Rada, edificado en el Renacimiento. Los arquitectos del museo lo han restaurado de manera ejemplar, dotando al conjunto de acertadísimas intervenciones que proporcionan al recinto una austeridad y claridad compatible con su necesaria funcionalidad.
Este proyecto no hubiera sido posible sin la colaboración que decidieron llevar a cabo el Ayuntamiento de Valladolid y la Asociación Colección Arte Contemporáneo. Esta colección privada, que se inició en 1987, ha cedido gratuitamente sus fondos permitiendo dar realidad al proyecto. A su vez, el Ayuntamiento de Valladolid dota al museo del edificio y de los recursos necesarios y constituye la Fundación Patio Herreriano para gestionarlo. El Patio Herreriano desarrolla un servicio destinado a los ciudadanos conservando y acrecentando su patrimonio artístico al tiempo que enseñando y seduciendo a sus visitantes.

Actualmente Exposición: Chillida. 1980-2000 Ocupación: Salas 6 y 7. Fechas: 4 de febrero – 12 de abril

domingo, 8 de febrero de 2009

Las cataratas del Niágara se congelan


Varias zonas de las cataratas del Niágara, en la frontera entre Estados Unidos y Canadá, están congeladas por las bajas temperaturas registradas en febrero y que el pasado miércoles descendieron hasta 20 grados bajo cero.Los visitantes de las cataratas pueden disfrutar de un espectáculo único, con extensas áreas de la atracción turística cubiertas por una espesa capa de hielo.Aunque es en verano cuando el accidente geográfico entre la frontera de Canadá y Estados Unidos atrae cada día a miles de turistas, aun en el corazón del invierno canadiense se aventuran algunos atrevidos.

Imágenes en directo de la webcam de las cataratas:

miércoles, 4 de febrero de 2009

La paz que nos falta

Sus pasos anduvieron siempre el camino de la paz. Con tan sólo cinco años fue considerado la encarnación del Buda de la Compasión y supo cuál sería su destino: el pequeño Tenzin Gyatso sería el Dalai Lama. Aceptó la responsabilidad y siguió adelante. En 1989, tras una larga lucha por la independencia y libertad de los suyos, el Premio Nobel de la Paz sellaba sus esfuerzos y el Dalai Lama reafirmaba sus principios: "La paz empieza dentro de cada uno".


Veinte años después, el mundo no ha cambiado lo suficiente para que su mensaje quede obsoleto. La exposición 'The Missing Peace' [La paz que nos falta] reúne a 70 artistas en torno a los ideales pacifistas del Dalai Lama con obras inspiradas en todo lo que simboliza este personaje histórico. Después de dos años en gira, por Los Ángeles, Nueva York, Chicago, Atlanta, San Francisco y Tokio, Madrid fue la ciudad elegida para el inicio de la gira europea. La Fundación Canal acoge la exposición del 30 de enero hasta el 12 de abril, una muestra que incluye diferentes disciplinas artísticas como vehículo difusor de la paz.



El fotógrafo brasileño Sebastião Salgado eligió una de sus muchas imágenes sobre el fenómeno de los desplazamientos masivos de la población. La imagen 'La migración vietnamita, playa de Vung Tau', recoge parte de la historia de las personas que abandonaron Vietnam en busca de una vida mejor. La mayoría de quienes dejaron atrás su tierra lo hizo desde la playa de Vung Tau. Se estima que cerca de 800.000 personas dejaron el país en botes, partiendo de playas abandonadas como esta.
Foto de Richard Avedon, Obra de Jenny Holzer y Foto de Sebastiao Salgado

martes, 3 de febrero de 2009

Nessun Dorma (Plácido Domingo, Josep Carreras,Luciano Pavarotti,Zubin Mehta)

Nessun dorma" es un aria del acto final de la ópera Turandot de Giacomo Puccini, cuyo título se traduce del italiano como "Nadie duerma". Sigue a la proclamación de la princesa Turandot de que nadie debe dormir hasta hallar el nombre del príncipe desconocido, Calàf, quien ha lanzado el desafío de que si su nombre no es descubierto, la fría Princesa Turandot se casará con él. Calàf canta, indicando su certeza de que sus esfuerzos por descubrir su nombre serán en vano.
Era la canción por excelencia del tenor italiano Luciano Pavarotti, que la cantó en su última actuación: al final de la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos de Turín 2006, donde recibió la mayor y más larga ovación de la noche.http://www.opinionepubblica.org/spettacolo/10-video-luciano-pavarotti-nessun-dorma-puccini-turandot-olimpiadi-di-torino-2006_2

El aria llegó a la cultura popular después de que la BBC la usara para su cobertura de la Copa Mundial de Fútbol de 1990 en Italia. A consecuencia de ello, alcanzó el número 2 de la lista de singles en el Reino Unido, el mejor puesto que haya nunca conseguido una grabación clásica.
Otra interesante interpretación de esta celebérrima aria la realiza el tenor italiano Franco Corelli, cuyo Calaf es uno de los más creíbles y completos de cuantos han sido encarnados. Otros intérpretes que dieron vida al personaje y brindaron a esta pieza su marca personal han sido: Giuseppe Di Stefano, José Carreras, Plácido Domingo, Mario del Monaco, Darío Volonté, y Carlos Simón.
También han interpretado esta pieza los músicos del grupo heavy Manowar, en varios de sus conciertos y el guitarrista alemán Uli Jon Roth hizo su propia versión llamada "Bridge To Heaven", interpretada por Klaus Meine, el vocalista de los Scorpions.
Otra interpretación interesante de esta aria es la hecha por la soprano británica Sarah Brightman grabada en los discos Eden y Classics. Brightman alcanza su mayor registro vocal en esta mítica aria y deja la mejor interpretación femenina para la misma, aparte de formar una de las partes más interesantes de sus giras en cada presentación la cual deja ver por qué el nombre de la diva de hoy a esta soprano que juega a mezclar el pop, el rock y el metal con la música clásica.
Il principe ignoto
Nessun dorma! Nessun dorma!
Tu oppure, o Principessa,
Nella tua fredda stanza
Guardi le stelle
Che tremano d'amore e di speranza.
Ma il mio mistero è chiuso in me,
Il nome mio nessun saprà!, no, no
Sulla tua bocca lo dirò!...
(Puccini: Quando la luce splenderà!)
Quando la luce splenderà,
(Puccini:No, no, Sulla tua bocca lo dirò)
Ed il mio bacio scioglierà il silenzio
Che ti fa mia!...
Voci di donne
Il nome suo nessun saprà...
E noi dovremo, ahimè, morir, morir!...
Il principe ignoto
Dilegua, o notte!... Tramontate, stelle! Tramontate, stelle!...
All'alba vincerò!
vincerò! vincerò!


El príncipe desconocido
¡Que nadie duerma! ¡Que nadie duerma!
¡También tú, oh Princesa,
en tu fría habitación
miras las estrellas
que tiemblan de amor y de esperanza...!
¡Pero mi misterio está encerrado en mí,
¡Mi nombre nadie lo sabrá!. No, no
Sobre tu boca lo diré
(Puccini: Sólo cuando la luz brille)
Sólo cuando la luz brille
(Puccini: ¡solo sobre tu boca lo dire!)
¡Y mi beso fulminará el silencio
que te hace mía.!
Voces de mujeres
Su nombre nadie sabrá...
¡Y nosotras, ay, deberemos, morir, morir!
El príncipe desconocido
¡Disípate, oh noche! ¡Tramontad, estrellas! ¡Tramontad, estrellas!
¡Al alba venceré!
¡venceré! ¡venceré!