viernes, 29 de enero de 2010

Catedral de Le´´on


Hacia 1230 la vieja ciudad romana de Legio ha perdido parte de su pasado esplendor. Si antes fue el centro pólítico del reino astur-leonés ahora, tras la definitiva unión de la corona de León con la de Castilla durante el reinado de Fernando III, pasará a ocupar un lugar secundario ante la preeminencia de las ciudades de Burgos y Toledo. Existía por entonces en León una catedral románica, sustituta de otra anterior, levantada a su vez sobre unas termas de origen romano. Así que fueron el cabildo catedralicio y el obispo local quienes protagonizaron los esfuerzos por levantar una nueva catedral, más grande que la anterior, que proclamase a la cristiandad la importancia tanto de la propia sede episcopal como de la misma ciudad, enclavada además en una de las rutas de peregrinación más importantes de la época, el camino francés a Santiago de Compostela.

Las obras del nuevo templo debieron iniciarse hacia 1254 y en lo sustancial estaban ya concluidas en torno al año 1285, un plazo inusitadamente breve para la construcción de una catedral gótica, que sólo se explica si tenemos presentes los apoyos recibidos por parte de la corona (Alfonso X) y del papado. Los datos sobre los maestros constructores no son lo suficientemente claros, aunque las fuentes citan fundamentalmente a tres de ellos. El primero es el maestro Simón, citado en 1261,originario tal vez de la región de Champaña. Le sigue el Maestro Enrique, de quien sabemos que intervino también en las obras de la catedral de Burgos y cuyo origen probablemente era también francés. Fue él quien dirigió las obras del templo hasta su muerte en 1277, cuando fue sustituido por el tercer maestro, Juan Pérez. En todo caso, con posterioridad al siglo XIII se realizaron nuevas obras, como el claustro anexo al templo o el remate de las torres de la fachada. Además, en el siglo XIX se llevaron a cabo tareas de restauración de tal magnitud que supusieron despojar al edificio de muchos de los añadidos que había ido recibiendo con el paso de los siglos, tratando de devolver a la catedral una pureza gótica que quizás solo poseyó en sus momentos iniciales.

Por encima de las arquerías de la nave principal el muro parece disolverse para dejar paso a las vidrieras, que ocupan una inusitada extensión: más de 1800 metros cuadrados. No se trata únicamente de dejar pasar la luz (recordemos que Dios es luz en la metalidad gótica), sino de aprovechar también las vidrieras para dar a los fieles una lección visual de teología, narrando historias del Viejo y del Nuevo Testamento, hasta llegar a la idea central, la de Jesús como Salvador del mundo, todo ello mostrado en una amplia gama de colores.






jueves, 28 de enero de 2010

Armon´´ia fractal de Doñana y las Marismas


Inaugurada la exposición Armonía fractal de Doñana y las Marismas en el Real Jardín Botánico de Madrid
La muestra, vigente hasta el próximo 28 de febrero, está compuesta por 32 fotografías aéreas realizadas por Héctor Garrido y textos de autores de diferentes áreas del arte y la ciencia --como José Saramago, Luis Landero o Jorge Drexler-- que ofrecen su visión al respecto durante la hora aproximada que dura el recorrido.La exposición fotográfica, organizada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, pretende ofrecer al visitante ciencia, arte y reflexión. A través de 32 fotografías aéreas únicas, sobre Doñana y las Marismas andaluzas, el visitante será capaz de reconocer la geometría que oculta la Naturaleza y que a veces sólo puede apreciarse a vista de pájaro. La selección de fotografías presenta las singularidades de la estructura del paisaje de las marismas esculpidas durante miles de años por la fuerza de la marea y la dinámica de la sedimentación y la erosión, así como otros agentes naturales e incluso artificiales. Pero la exposición pretende ir más allá de la belleza propia de estas estructuras y aspira a inducir al espectador a preguntarse por el origen y la capacidad de transmisión de esa belleza. La armonía de las estructuras fotografiadas por H. Garrido está ligada a su estructura fractal, la geometría propia de la naturaleza. Otro foco de interés de la exposición estriba en esa comunión entre el arte, aportado en este caso por el fotógrafo Héctor Garrido y la ciencia, expuesta a través de las aportaciones del Comisario Científico de la Exposición, Profesor Juan Manuel García Ruiz. Como colofón, la participación de 32 autores de gran prestigio procedentes de diferentes áreas del mundo del arte y la ciencia: literatos, pintores, fotógrafos, músicos y científicos han utilizado las fotografías como fuente de inspiración para sus textos. Además, con la ayuda de tecnología, se pretende ofrecer a los visitantes información de cómo se miden estas estructuras.


martes, 26 de enero de 2010

Pabellón de España para la Exposición Universal de Shangai 2010


El edificio tiene forma de cesto y está recubierto completamente por paneles de mimbre.




Tendrá una superficie útil de aproximadamente 7.000 metros cuadrados y se presentará con el lema “De la ciudad de nuestros padres a la ciudad de nuestros hijos”.


El diseño del pabellón se basa en la cestería de mimbre, una técnica artesanal de larga tradición tanto en España como en China. En la fachada, el elemento principal será el mimbre, pero el edificio utilizará además materiales ecológicos y sostenibles. Los cestos, que dibujarán amplios patios dentro del recinto, se apoyarán en un sistema de paneles articulados que permiten su sinuosa estructura.

Según su diseñadora, la arquitecta italiana Benedetta Tagliabue, la poesía y la caligrafía chinas, dos elementos muy representativos de la cultura tradicional de este país asiático, han sido introducidos en el diseño del pabellón.





Los dibujos basados en la caligrafía china serán usados en la decoración externa de la fachada, y se colocará un poema chino tejido en mimbre en un lugar destacado en el exterior del pabellón.

Además de la zona destinada a exposición, el pabellón también cuenta con un bar de tapas con capacidad para 170 personas, un centro de negocios y un auditorio con aforo para 200 personas, en el cual se presentarán algunas de las más conocidas obras de teatro, danza y música de España entre el 1 de mayo y el 31 de octubre de 2010.

lunes, 25 de enero de 2010

Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga




Autor: Antonio Gisbert Pérez.

Se encuentra en el www.museodelprado.es

El liberal José María Torrijos (1791-1831), acompañado por sus compañeros, es fusilado por las tropas de Fernando VII (1784-1833) en las playas de Málaga.
Obra maestra de la pintura de historia del siglo XIX español, fue encargada en 1886 directamente por el Gobierno liberal de Praxedes Mateo Sagasta (1825-1903) durante la regencia de la reina María Cristina de Austria (1806-1878), como ejemplo de la defensa de las libertades para las futuras generaciones.El militar José María Torrijos (1791-1831) llegó a ser capitán general de Valencia, mariscal de campo y ministro de la Guerra durante el Trienio Liberal (1820-1823). Tras la vuelta al absolutismo, se sublevó y fue víctima de una emboscada preparada por el gobernador Vicente González Moreno, quien le había asegurado el triunfo de la rebelión.
En este cuadro se puede apreciar la capacidad del pintor (quien militó también en las filas liberales) para presentarnos dos temas a la vez. El primero de ellos es de carácter político: la defensa de la libertad, como ya había hecho años antes el poeta Espronceda cuando compuso el soneto dedicado a Torrijos y sus compañeros, cuyo primer terceto afirma:
"Españoles, llorad; mas vuestro llanto
lágrimas de dolor y sangre sean,sangre que ahogue a siervos y opresores..."
Pero hay otro tema más en este cuadro de Gisbert: la dignidad, incluso ante la inmediatez de la muerte.
Hay una página dedicada: http://asociaciontorrijos.es/historia/

sábado, 23 de enero de 2010

Fotografías del mundo








Año Nuevo en Alaska



Volcán Mayón, Filipinas




Méjico
Plaza San Marcos, Venecia
París en Navidad

miércoles, 20 de enero de 2010

Haiti













Los pecados de Haití

Escrito por Eduardo Galeano
18-01-2010
La democracia haitiana nació hace un ratito. En su breve tiempo de vida, esta criatura hambrienta y enferma no ha recibido más que bofetadas. Estaba recién nacida, en los días de fiesta de 1991, cuando fue asesinada por el cuartelazo del general Raoul Cedras. Tres años más tarde, resucitó. Después de haber puesto y sacado a tantos dictadores militares, Estados Unidos sacó y puso al presidente Jean-Bertrand Aristide, que había sido el primer gobernante electo por voto popular en toda la historia de Haití y que había tenido la loca ocurrencia de querer un país menos injusto.
El voto y el veto

Para borrar las huellas de la participación estadounidense en la dictadura carnicera del general Cedras, los infantes de marina se llevaron 160 mil páginas de los archivos secretos. Aristide regresó encadenado. Le dieron permiso para recuperar el gobierno, pero le prohibieron el poder. Su sucesor, René Préval, obtuvo casi el 90 por ciento de los votos, pero más poder que Préval tiene cualquier mandón de cuarta categoría del Fondo Monetario o del Banco Mundial, aunque el pueblo haitiano no lo haya elegido ni con un voto siquiera.

Más que el voto, puede el veto. Veto a las reformas: cada vez que Préval, o alguno de sus ministros, pide créditos internacionales para dar pan a los hambrientos, letras a los analfabetos o tierra a los campesinos, no recibe respuesta, o le contestan ordenándole:

-Recite la lección. Y como el gobierno haitiano no termina de aprender que hay que desmantelar los pocos servicios públicos que quedan, últimos pobres amparos para uno de los pueblos más desamparados del mundo, los profesores dan por perdido el examen.

La coartada demográfica

A fines del año pasado cuatro diputados alemanes visitaron Haití. No bien llegaron, la miseria del pueblo les golpeó los ojos. Entonces el embajador de Alemania les explicó, en Port-au-Prince, cuál es el
problema:

-Este es un país superpoblado -dijo-. La mujer haitiana siempre quiere, y el hombre haitiano siempre puede.

Y se rió. Los diputados callaron. Esa noche, uno de ellos, Winfried Wolf, consultó las cifras. Y comprobó que Haití es, con El Salvador, el país más superpoblado de las Américas, pero está tan superpoblado como Alemania: tiene casi la misma cantidad de habitantes por quilómetro cuadrado.

En sus días en Haití, el diputado Wolf no sólo fue golpeado por la miseria: también fue deslumbrado por la capacidad de belleza de los pintores populares. Y llegó a la conclusión de que Haití está superpoblado… de artistas.

En realidad, la coartada demográfica es más o menos reciente. Hasta hace algunos años, las potencias occidentales hablaban más claro.

La tradición racista

Estados Unidos invadió Haití en 1915 y gobernó el país hasta 1934. Se retiró cuando logró sus dos objetivos: cobrar las deudas del City Bank y derogar el artículo constitucional que prohibía vender plantaciones a los extranjeros. Entonces Robert Lansing, secretario de Estado, justificó la larga y feroz ocupación militar explicando que la raza negra es incapaz de gobernarse a sí misma, que tiene “una tendencia inherente a la vida salvaje y una incapacidad física de civilización”. Uno de los responsables de la invasión, William Philips, había incubado tiempo antes la sagaz idea: “Este es un pueblo inferior, incapaz de conservar la civilización que habían dejado los franceses”.

Haití había sido la perla de la corona, la colonia más rica de Francia: una gran plantación de azúcar, con mano de obra esclava. En El espíritu de las leyes, Montesquieu lo había explicado sin pelos en la lengua: “El azúcar sería demasiado caro si no trabajaran los esclavos en su producción. Dichos esclavos son negros desde los pies hasta la cabeza y tienen la nariz tan aplastada que es casi imposible tenerles lástima. Resulta impensable que Dios, que es un ser muy sabio, haya puesto un alma, y sobre todo un alma buena, en un cuerpo enteramente negro”.

En cambio, Dios había puesto un látigo en la mano del mayoral. Los esclavos no se distinguían por su voluntad de trabajo. Los negros eran esclavos por naturaleza y vagos también por naturaleza, y la naturaleza, cómplice del orden social, era obra de Dios: el esclavo debía servir al amo y el amo debía castigar al esclavo, que no mostraba el menor entusiasmo a la hora de cumplir con el designio divino. Karl von Linneo, contemporáneo de Montesquieu, había retratado al negro con precisión científica: “Vagabundo, perezoso, negligente, indolente y de costumbres disolutas”. Más generosamente, otro contemporáneo, David Hume, había comprobado que el negro “puede desarrollar ciertas habilidades humanas, como el loro que habla algunas palabras”.

La humillación imperdonable

En 1803 los negros de Haití propinaron tremenda paliza a las tropas de Napoleón Bonaparte, y Europa no perdonó jamás esta humillación infligida a la raza blanca. Haití fue el primer país libre de las Américas. Estados Unidos había conquistado antes su independencia, pero tenía medio millón de esclavos trabajando en las plantaciones de algodón y de tabaco. Jefferson, que era dueño de esclavos, decía que todos los hombres son iguales, pero también decía que los negros han sido, son y serán inferiores.

La bandera de los libres se alzó sobre las ruinas. La tierra haitiana había sido devastada por el monocultivo del azúcar y arrasada por las calamidades de la guerra contra Francia, y una tercera parte de la población había caído en el combate. Entonces empezó el bloqueo. La nación recién nacida fue condenada a la soledad. Nadie le compraba, nadie le vendía, nadie la reconocía.

El delito de la dignidad

Ni siquiera Simón Bolívar, que tan valiente supo ser, tuvo el coraje de firmar el reconocimiento diplomático del país negro. Bolívar había podido reiniciar su lucha por la independencia americana, cuando ya España lo había derrotado, gracias al apoyo de Haití. El gobierno haitiano le había entregado siete naves y muchas armas y soldados, con la única condición de que Bolívar liberara a los esclavos, una idea que al Libertador no se le había ocurrido. Bolívar cumplió con este compromiso, pero después de su victoria, cuando ya gobernaba la Gran Colombia, dio la espalda al país que lo había salvado. Y cuando convocó a las naciones americanas a la reunión de Panamá, no invitó a Haití pero invitó a Inglaterra.

Estados Unidos reconoció a Haití recién sesenta años después del fin de la guerra de independencia, mientras Etienne Serres, un genio francés de la anatomía, descubría en París que los negros son primitivos porque tienen poca distancia entre el ombligo y el pene. Para entonces, Haití ya estaba en manos de carniceras dictaduras militares, que destinaban los famélicos recursos del país al pago de la deuda francesa: Europa había impuesto a Haití la obligación de pagar a Francia una indemnización gigantesca, a modo de perdón por haber cometido el delito de la dignidad.

La historia del acoso contra Haití, que en nuestros días tiene dimensiones de tragedia, es también una historia del racismo en la civilización occidental.

martes, 19 de enero de 2010

lunes, 18 de enero de 2010

Poesía.Walt Whitman


NO TE DETENGAS


No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,

que es casi un deber.

No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.

No dejes de creer que las palabras y las poesías

sí pueden cambiar el mundo.

Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.

Somos seres llenos de pasión.

La vida es desierto y oasis.

Nos derriba, nos lastima,

nos enseña,

nos convierte en protagonistas

de nuestra propia historia.

Aunque el viento sople en contra,

la poderosa obra continúa:

Tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar,

porque en sueños es libre el hombre.

No caigas en el peor de los errores:

el silencio.

La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes.

Huye...

Walt Whitman