lunes, 29 de abril de 2013

Suave es la noche


…Piensa en cuánto me quieres.
No te voy a pedir que me quieras siempre como ahora,
pero sí te pido que lo recuerdes.
Pase lo que pase
siempre quedará en mí algo de lo que soy esta noche.

Suave es la noche, de F. Scott Fitzgerald




Edward Hopper. 

viernes, 26 de abril de 2013

George Tooker






 George Tooker  (1920-2011) pintor norteamericano correspondiente al figurativismo asociado a los movimientos del realismo mágico y al realismo social. Su preocupación era la realidad social de su país, sin embargo la importancia de su trabajo es que los hombres y mujeres que plasma en sus cuadros son casi andróginos, sin naturaleza sexual  firme, y es allí donde reside su importancia, ya que los ubica en un solo género, humanos, que viven y padecen los mismos problemas, inquietudes, y que sobreviven sobretodo la “maquinaria social” que los aplasta.

martes, 23 de abril de 2013

Escritores, Día del libro







Se deslizaron rápidamente en una intimidad de la que nunca se recuperaron."
A este lado del paraíso, F. Scott Fitzgerald








martes, 16 de abril de 2013

Cuando sepas de mí


Cuando sepas de mí, tú disimula. No les cuentes que me conociste, ni que estuvimos juntos, no les expliques lo que yo fui para ti, ni lo que habríamos sido de no ser por los dos. Primero, porque jamás te creerían. Pensarán que exageras, que se te fue la mano con la medicación, que nada ni nadie pudo haber sido tan verdad ni tan cierto. Te tomarán por loca, se reirán de tu pena y te empujarán a seguir, que es la forma que tienen los demás de hacernos olvidar.

Cuando sepas de mí, tú calla y sonríe, jamás preguntes qué tal. Si me fue mal, ya se ocuparán de que te llegue. Y con todo lujo de detalles. Ya verás. Poco a poco, irán naufragando restos de mi historia contra la orilla de tu nueva vida, pedazos de recuerdos varados en la única playa del mundo sobre la que ya nunca más saldrá el sol. Y si me fue bien, tampoco tardarás mucho en enterarte, no te preocupes. Intentarán ensombrecer tu alegría echando mis supuestos éxitos como alcohol para tus heridas, y no dudarán en arrojártelo a quemarropa. Pero de nuevo te vendrá todo como a destiempo, inconexo y mal.

Qué sabrán ellos de tu alegría. Yo, que la he tenido entre mis manos y que la pude tutear como quien tutea a la felicidad, quizás. Pero ellos... nah.

A lo que iba.

Nadie puede imaginar lo que sentirás cuando sepas de mí. Nadie puede ni debe, hazme caso. Sentirás el dolor de esa ecuación que creímos resuelta, por ser incapaz de despejarla hasta el final. Sentirás el incordio de esa pregunta que jamás supo cerrar su signo de interrogación. Sentirás un qué hubiera pasado si. Y sobre todo, sentirás que algo entre nosotros continuó creciendo incluso cuando nos separamos. Un algo tan grande como el vacío que dejamos al volver a ser dos. Un algo tan pequeño como el espacio que un sí le acaba siempre cediendo a un no.

Pero tú aguanta. Resiste. Hazte el favor. Háznoslo a los dos. Que no se te note. Que nadie descubra esos ojos tuyos subrayados con agua y sal.

Eso sí, cuando sepas de mí, intenta no dar portazo a mis recuerdos. Piensa que llevarán días, meses o puede que incluso años vagando y mendigando por ahí, abrazándose a cualquier excusa para poder pronunciarse, a la espera de que alguien los acogiese, los escuchase y les diese calor. Son aquellos recuerdos que fabricamos juntos, con las mismas manos con las que construimos un futuro que jamás fue, son esas anécdotas estúpidas que sólo nos hacen gracia a ti y a mí, escritas en un idioma que ya nadie practica, otra lengua muerta a manos de un paladar exquisito.

Dales cobijo. Préstales algo, cualquier cosa, aunque sólo sea tu atención.

Porque si algún día sabes de mí, eso significará muchas cosas. La primera, que por mucho que lo intenté, no me pude ir tan lejos de ti como yo quería. La segunda, que por mucho que lo deseaste, tú tampoco pudiste quedarte tan cerca de donde alguna vez fuimos feliz. Sí, feliz. La tercera, que tu mundo y el mío siguen con pronóstico estable dentro de la gravedad. Y la cuarta, -por hacer la lista finita-, que cualquier resta es en realidad una suma disfrazada de cero, una vuelta a cualquier sitio menos al lugar del que se partió.

Nada de todo esto debería turbar ni alterar tu existencia el día que sepas de mí. Nada de todo esto debería dejarte mal. Piensa que tú y yo pudimos con todo. Piensa que todo se pudo y todo se tuvo, hasta el final.

A partir de ahora, tú tranquila, que yo estaré bien. Me conformo con que algún día sepas de mí, me conformo con que alguien vuelva a morderte de alegría, me basta con saber que algún día mi nombre volverá a rozar tus oídos y a entornar tus labios. Esos que ahora abres ante cualquiera que cuente cosas sobre mí.

Por eso, cuando sepas de mí, no seas tonta y disimula.

Haz ver que me olvidas.

Risto Mejide. 

lunes, 15 de abril de 2013

Aron Wiesenfeld











 Aron Wiesenfeld  pintor norteamericano. Su trabajo a menudo se compone de figuras aparentemente atrapadas o perdidas en paisajes abrumadores. Le atraen  los espacios vacíos que pueden parecer solitarios, pero lo que expresan es la historia que está pasando fuera de las páginas, en el mundo fuera del lienzo. Es esa historia de fondo en la que está interesado.

Aron dice de su obra: "Si algo está pasando detrás de la superficie, las personas se sienten atraídas por ello, pero no saben por qué. Han conectado con algo interior. Y ese es un tema constante en mi trabajo, la habilidad de pintar, sugiriendo algo que no se muestra."


sábado, 13 de abril de 2013

Georg Philipp Telemann







Georg Philipp Telemann (1681-1767) compositor y organista alemán, así como astrónomo, nacido en la ciudad de  Magdeburg. .




viernes, 12 de abril de 2013

Carlos V


"A los hombres les hablo en alemán, a las mujeres en francés, y a Dios en español"



jueves, 11 de abril de 2013

Cómo hacer gel de ducha en casa

INGREDIENTES: 

  •  1/2 pastilla de glicerina pura
  •  750 ml de agua destilada
  •    50 ml de aceite de almendras dulces
  •   Aceite esencial especial para jabón ( yo he utilizado de      lavanda) no para quemador. 
  •  Batidor de leche ( Ikea)
  •  4 Cápsulas de Vitamina E (opcional) 

PREPARACIÓN: 
      Deshacer la pastilla de glicerina pura en el microondas sin que hierva. 
      Mientras calentar la mitad del agua destilada en un cazo.
      Mezclar  el agua caliente con la glicerina deshecha y añadir el aceite de almendras dulces. 
      Batir. 
      Añadir  las cápsulas de Vitamina E ( hay que pincharlas ) y volver a batir. 
      Añadir el resto del agua. Agitar todo y rellenar un bote con el preparado resultante. 
      Dejar reposar al menos 24 horas, agitando de vez en cuando. 
      Sale un litro aproximado de gel de ducha.
      Si está muy espeso añadir un poco de agua destilada templada. 
      También se puede utilizar como gel de manos. 
      

martes, 9 de abril de 2013

La canción de nosotros. Eduardo Galeano


... Lo invadió el pánico de la traición. Este cuerpo que ya no es mío, ¿me traicionará? ¿Traicionará a mi gente? No sabía cuánto tiempo había pasado y quiso recordar los últimos interrogatorios, pero la memoria se le había inundado de duda y cerrazón. Sintió la obligación de matarse, porque el nacimiento y la muerte no tienen importancia y lo que importa es lo que está en el medio y él no podía permitir que en el medio estuviera la traición. Matarse. Morirme, terminarme. Fin del infierno, fin del cielo, principio de nada. Matarme. Ofrecerme. El piso de cemento como un altar de piedra y la sangre yéndose a borbotones por la vena abierta y el placer de pensar: "los jodí". Yo tendré fin, pero el tiempo no. Yo tendré fin, pero el espacio no. La pelea no. La suerte está echada, pero echada por mí.
Pensó en el hijo como despidiéndose.

Todavía no sabía que ellos no lo iba a dejar elegir. Todavía no le habían reventado el hígado, al cabo de varias semanas de no poder arrancarle ni una sola palabra de la boca. Todavía no lo habían arrojado muerto al monte, cerquita de un pueblo cualquiera. 
Y no sabía, y nunca supo, que en alguna parte había una carta para él. La carta decía.

Hemos preguntado por todas partes y nadie sabe dar cuenta de tu paradero.
En los cuarteles se ríen de mí cuando pregunto. Ellos dicen que te habrás ido con otra, pero yo sé que te han metido preso de nuevo porque vino un amigo tuyo que sabe y me lo dijo. Me pregunto dónde andarás. Los sufrimientos que andarás pasando ya me los imagino. Puede ser que esta carta llegue y puede ser que no, pero lo mismo la voy a llevar a ver qué pasa.

Dice el Yuyo que te manda un chicle globero porque vos sabés hacer buenos globos, globos grandes, que vuelan, y así te metés adentro del globo y te escapás. Dice que cuando vuelvas le traigas un paraguas y un helado. Hoy se levantó muy temprano para pedirle que vuelvas al lucero del alba.
El Yuyo es una máquina de hacer preguntas. Me tiene loca con las preguntas. ¿Cuándo empezará todo de nuevo? ¿Cuándo empezará todo otra vez, del año 1 en adelante? ¿Cuántos segundos demora en pasar un siglo?

A veces me dice que está deseando nacer y está deseando crecer, pero a veces me dice que quiere volverse a meter en mi barriga.
Camina mucho solo, anda por ahí, sin darse con nadie. A cuanto tipo de uniforme ve por la calle, aunque sea un portero de hotel, le pregunta: ¿Cuándo me vas a devolver a mi papá? Dice que los va a fulminar a todos con su rayo ultra-seven y les patea los tobillos y sale corriendo.

Yo también te extraño mucho. Olvídate de todas las cosas feas que te tengo dichas y las veces que yo no te entendía. Solamente quiero que vuelvas. Quiero que estemos juntos por un rato aunque sea y quiero decirte que sos lo mejor que me ha pasado en la vida.

Nunca te gustó que yo te hablara así y cambiabas de tema o te agarrabas una rabieta y además siempre había otras cosas de qué hablar, como ser, las maldades del gobierno o lo caro que está todo y no hay plata que alcance.

Ahora yo no sé si vas a poder leer esta carta, pero igual siento como una necesidad de decirte que yo contigo he sido más feliz de lo que en los libros dice que se puede. Perdóname si tantas veces me anduve quejando por bobadas. 

Un día me dijiste que yo tenía cara de mujer a la que siempre se vuelve y yo te espero ahora o cuando sea y donde sea y como sea. Quiero que sepas ".

La canción de nosotros (1975)
Eduardo Galeano