martes, 27 de septiembre de 2016

Exposición World Press Photo:las fotos que nos cuentan qué pasó en 2015

La conocida exposición World Press Photo llega el viernes 11 de septiembre a Madrid, y lo hace, por segundo año, a LASEDE del COAM (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid), en la calle Hortaleza. La edición de 2016 hace un repaso de lo que pasó en el mundo durante 2015 a través de 155 fotografías: la crisis de los refugiados y su éxodo a través de Europa, el terremoto de Nepal, el atentado a la revista Charlie Hebdo y  acontecimientos congelados por los mejores fotoreporteros del planeta.
El ganador de esta edición es el fotógrafo australiano Warren Richardson por su instantánea Esperanza de una nueva vida, que muestra un hombre pasando a un bebé a través de la valla de alambre de espino en Roeszke, en la frontera entre Serbia y Hungría en agosto de 2015. Entre las imágenes expuestas encontramos las de tres fotógrafos españoles, entre ellos, el navarro Daniel Ochoa de Olza, en la Categoría Gente por la serie Las Mayas, una tradición madrileña de la localidad de Colmenar Viejo.
World Press Photo es una organización sin ánimo de lucro fundada en Amsterdam en 1955 para apoyar el trabajo de los profesionales del fotoperiodismo. La exposición se presentará al público en rueda de prensa un día antes a las 10.30 en la misma COAM.
Dónde: c, Hortaleza, 63
Cuándo: del 30 de septiembre al 1 de noviembre. De lunes a viernes 11.00 – 14.00 y 17.00 – 21.00; sábados y domingos 11.00 – 21.00

lunes, 26 de septiembre de 2016

Alexa Meade -Artista



Las pinturas vivas de Alexa Meade. Graduada en ciencias políticas de Vassar College en Poughkeepsie, Nueva York, Meade pinta directamente sobre las caras y cuerpos de los/las modelos que utiliza y los objetos y las paredes que los rodean, creando de esta manera la ilusión de que los sujetos son en realidad imágenes bidimensionales.

 Jamás acudió a una escuela de arte ni ha tomado cursos avanzados de pintura y no fue hasta el 2009 que, después de nueve meses de experimentación, pudo desarrollar un método efectivo para pintar sobre la piel de las personas e hizo su primer instalación llamada “Reverse Trompe L’Oeil”. 






Alexa Meade

domingo, 25 de septiembre de 2016

Cerebro Dividido (El hombre cuando está con una chica)

Este cortometraje de animación se llama Brain Divided (Cerebro dividido) y muestra como supuestamente funciona el cerebro del hombre cuando está con una mujer. Podemos ver la lucha entre el lado sensible, coherente y real con el lado arrogante y sexual del cerebro masculino.

El corto ha sido realizado por los alumnos Josiah Haworth, Joon Shik Song y Joon Soo Song del Ringling College of Art and Design. 






lunes, 19 de septiembre de 2016

Adam Lancia y Jamey Jewells


El viernes, el equipo femenino de baloncesto en silla de ruedas de Canadá venció a China por 63 a 52.
En el equipo juega Jamey Jewells, que está en una silla de ruedas desde que sufrió un grave accidente de tráfico a los 14 años. Su marido,Adam Lancia, también ha disputado los Juegos Paralímpicos, en su caso en las filas del equipo canadiense masculino de baloncesto.
Lancia nació sin parte de las piernas y tiene que utilizar prótesis desde que tenía un año. Juega al baloncesto desde que tenía nueve. Tras la victoria del equipo de su mujer, Lancia se acercó y la besó.
Un momento íntimo de celebración que no escapó al objetivo de Ueslei Marcelino, fotógrafo de Reuters, que logró esta preciosa foto.

¿Cómo le hablas a los niños?

viernes, 16 de septiembre de 2016

El galeón de Manila

Una exposición reconstruye la cubierta de la nave en tamaño real y recupera la gran aventura del buque español que inventó la globalización en el siglo XVI



¿Cuándo empezó la globalización? No muchos lo recuerdan: pero a losnavegantes españoles debemos la primera red mundial de comercio. ElMuseo Naval de Madrid inaugura hoy una preciosa exposición dedicada alGaleón de Manila, una memoria necesaria de cómo fue posible crear aquella ruta que unió tres continentes de manera continuada durante 250 años y que se convirtió en la primera red global de intercambio comercial, cultural, político y, en ocasiones, militar de la historia.
Desde la porcelana Ming, o Quing, a los mantones de Manila, desde especias a los toros de lidia que llegaron a Manila. Todo viajó en las bodegas de este galeón. La ruta era durísima, puesto que duraba meses, pero también lucrativa. Hasta cuatro meses de retorno con un galeón cargado hasta los topes, que inundaba el mercado de Nueva España con los productos del extremo oriente. Los galeones fueron también, a su modo, los últimos de Filipinas.
Por supuesto hubo dura competencia. Los portugueses batallaron a los españoles en las antípodas, y los chinos pujaron por una influencia en los archipiélagos cuya presión produce hoy todavía tensiones fronterizas que el pasado verano vivieron un momento álgido. Porque tal vez los desafíos de nuestro mundo globalizado no son tan diferentes de los que hallaron aquellos súbditos de Felipe II.
En la muestra, que repasa la cartografía, los tipos de naves que dieron continuidad a aquel milagro de exploración, la historia de los hombres que lo hicieron posible, así como los mejores productos que viajaron hasta México y España, podemos comprender la importancia del galeón gracias al trabajo de los comisarios Pedro Ginés Laura -tristemente fallecido poco tiempo antes de la inauguración- y Mariano Juan Farragut.
Es más, podemos entrar realmente en la bodega de uno de aquellos barcos atestados de carga, recreada en el final del recorrido por el equipo de DSV que ha diseñado la muestra (Carlos León y Carlos Barrot, que también diseñaron la exposición «El último viaje de la fragata Mercedes»). Y virtualmente, gracias a una consola de realidad aumentada podremos, asimismo, utilizar el móvil para navegar por las rutas y los logros de aquellos marinos casi olvidados.
El viaje comienza, como entonces, con un viaje más allá del horizonte conocido. Porque para establecer la ruta fue necesario un alarde náutico. La llegada de Colón a América -que en el fondo estaba inspirada por la ambición de llegar por otra ruta al comercio de especias dominado por los portugueses que bordeaban África- y la conquista de México fueron sentaron las bases. Pero después Núñez de Balboa descubrió en 1513 la Mar del Sur y Magallanes, en 1520 entró en el Pacífico, al que dio ese nombre por la buena navegación que llevó durante su travesía, viento en popa. Y por supuesto, Elcano, que terminó la primera vuelta al mundo en Sanlúcar de Barrameda con dieciocho hombres exhaustos que abrieron el futuro a la globalización.
Sin embargo, los mismos vientos que permitían atravesar el océano raudos hacia el oeste, hacían imposible el retorno. El marino que realizó ese nuevo logro fue Andrés de Urdaneta, un sagaz agustino con un talento descomunal para la navegación, que descubrió en 1565 el tornaviaje, navegando desde Manila hacia el nordeste hasta latitud 30º Norte, donde los vientos impulsaban las naves hasta Acapulco.
Y desde entonces no paró algún galeón de transitar la ruta. Gracias a él llegó la total hegemonía en el Pacífico, conocido durante mucho tiempo como «el lago español», porque los ataques de piratas y corsarios que sufrían los buques de la Carrera de Indias en el Caribe no llegaron a producirse hasta fines del XVII en el Mar del Sur.
Seguro que imaginan que no era un «lago» fácil de cruzar. Desde los primeros viajes demostró ser,además de lucrativa, una de las rutas más duras de la Tierra. De Manila a Acapulco los tripulantes se exponían a enfermedades y peligros. Muchos de ellos, por ese motivo, lograban enriquecerse en dos o tres viajes y después abandonaban el servicio. El Galeón siempre anduvo necesitado de buenos pilotos por ese motivo. Pero lo importante fue, precisamente, el intercambio continuo al que dio lugar.

Recorrido por la exposición

La muestra del Museo Naval se abre con un mural audiovisual muy impactante, un recuento total de buques y viajes que demuestra para el que ha sido necesaria una ardua investigación, llevada a cabo por el ingeniero náutico Francisco Fernández González. Después, el visitante contempla los grandes personajes, Balboa, Magallanes, Elcano, acompañados de un modelo de la nao Victoria, el primer barco que dio la vuelta al mundo.
Seguidamente conocemos la historia de la ruta, cómo se establece, y los cambios que favorece. Vemos una maravillosa carta náutica de 1650 en la que aparece el tornaviaje, pero también nos cuentan, bajo un cielo de constelaciones, los avances de los instrumentos astronómicos que hicieron posible aquella navegación redonda como la tierra. Desde el astrolabio y el nocturlabio al sextante, desde la ampolleta hasta el cronómetro de longitud. Porque si hubo un lugar donde alumbró el Siglo de las Luces fue en el mar antes oscuro: la ilustración impulsó la ciencia náutica y la comprensión de la Tierra tal y como es.
Nada como el navío para resumir el progreso técnico, porque los barcos fueron las máquinas más complejas de su tiempo, algo así como las naves espaciales de los siglos XVI- XVIII. Y son las que hicieron posible el imperio español y el mundo como lo conocemos. Un diorama da buena muestra de las diferencias entre los dos mundos: el galeón y sobre todo el navío de línea frente a los juncos filipinos, pequeñas naves idóneas para culturas que aún no habían salido de sus propios horizontes.

Colección Ybarra, única en el mundo

El otro gran hito de la muestra es la colección Ybarra de cerámica china. El coleccionista sevillano Juan Ybarra ha cedido para esta exposición un conjunto único en el mundo, de una calidad insuperable, que nunca se había expuesto antes. Vajillas Quing, soperas con forma de peces y toros, incluso realizadas por encargo con el escudo familiar español resume de manera elocuente el cruce de los dos mundos, el prestigio asociado a la importación de bienes lujosos entre la nobleza española y novohispana. La imagen del mercado de la ciudad de México en el XVII también resume perfectamente esta mezcla de tres mundos, que España tiende a olvidar como propia.
Gentes de aquí y allá comercian, se conocen y reconocen durante 250 años en una relación intensa y no exenta de cambios y problemas. Con el XVIII llegan los piratas al Pacífico, y los corsarios que acechan al galeón español. Una nave comercial que, todo hay que decirlo, iba tan cargada que llevaba desmontadas las piezas de artillería y por eso solía ser más vulnerable a los ataques.
Otro aspecto importante es el religioso, y en la muestra puede verse la imagen del Niño de Cebú, así como una virgen del Rosario, protectora de los galeones y los marinos en aquellos tiempos. Con los ojos cargados como un galeón de tanta historia, llegados al final del recorrido, entramos en la bodega del galeón, el recinto de madera capaz de transportar con vida a los viajeros y sin daño las mercancías en aquel primer comercio global de la historia.
¿Por qué España no mantiene una relación más vivaz con su inmensa historia? ¿Por qué no se estudia con más atención en las escuelas nuestra historia naval? ¿Acaso no es parte fundamental de lo que aportamos al mundo en que vivimos? Tal vez esta muestra del Naval está en el camino de la recuperación necesaria de todo aquello que, después de tanto darlo por sabido, habíamos llegado a infravalorar. Nuestro país dibujó el mundo tal y como lo conocemos. Un mundo que sigue desordenado, a pesar de que cada periodo histórico buscó su porpio orden, y cada vez más conectado, desde aquella primera conexión española del galeón de Manila. Tal vez podamos responder mejor a nuestros desafíos de hoy conociendo los de entonces, no con menos audacia y acierto que nuestros antepasados.

Exposición hasta febrero de 2017. 

Artículo publicado en ABC, 15 de septiembre de 2016

miércoles, 14 de septiembre de 2016

¿Cómo se formó la Luna?

¿Cómo se formó la Luna? Un nuevo descubrimiento y una explicación sencilla para comprenderlo

Los seres humanos llevamos miles de años mirando a la Luna, pero… ¿de dónde salió la Luna?
No lo sabemos con absoluta certeza, pero un artículo publicado ayer en Naturenos acerca a resolver el rompecabezas.
En este post voy a intentar explicar el mecanismo que creemos formó la Luna y cómo los datos publicados ayer confirman una de las principales hipótesis.
1.- La Teoría del Gran Impacto
La hipótesis que creemos correcta se llama la “Teoría del Gran Impacto” y su enunciado sería algo así:
Hace 4.500 millones de años existía un planeta llamado proto-Tierra.
El planeta Proto-Tierra chocó con otro planeta llamado Tea.
Como resultado de la colisión, la Proto-Tierra (con algunos trozos de Tea) formó la Tierra mientras que Tea (con algunos trozos de la proto-Tierra) formó la Luna.
2.- ¿Por qué creemos que la Teoría del Gran Impacto es la correcta?
Esto es Ciencia: pensamos que esta teoría es la correcta porque predice muchas características que observamos en la Tierra y en la Luna.
[Por ejemplo: que la rotación de la Tierra y la órbita de la Luna tengan la misma orientación, que las rocas lunares indiquen que la superficie estaba fundida hace millones de años o el pequeño tamaño del núcleo de hierro en la Luna].
3.- Pero la “Teoría del Gran Impacto” tenía un problema…
Las misiones Apolo trajeron muestras del suelo lunar. Cuando se analizaron en detalle estas muestras, los científicos se llevaron una gran sorpresa: las rocas de la Luna tenían “el mismo ADN” que las de la Tierra.
[En términos técnicos, la concentración en isótopos de oxígeno en las rocas de la Tierra y la Luna resultó ser idéntica].
Pero si la Tierra se formó a partir de la Proto-Tierra y la Luna a partir de Tea, no puede ser que Tierra y Luna compartan “ADN”.
4.- Una “Nueva Teoría del Gran Impacto”
El choque entre la Proto-Tierra y Tea fue aún más violento de lo que pensábamos. [En términos técnicos: fue una colisión de más energía y momento angular de lo que creíamos].
La colisión fue tan tremenda que volatilizó por completo a Tea y a una buena parte de la Proto-Tierra.
No es que las rocas se fundiesen en magma: las rocas se convirtieron en gas. (!!!)
El gas se volvió a condensar para formar la Luna y la corteza de la Tierra. Por eso Tierra y Luna tienen el mismo “ADN”. [La concentración en isótopos de oxígeno].
Los resultados publicados ayer en Nature apoyan esta hipótesis. Un equipo de Harvard volvió a estudiar las rocas traídas de la Luna y encontró que los isótopos pesados de potasio son más comunes allí que en nuestro planeta.
El nuevo descubrimiento refuerza la “Nueva Teoría del Gran Impacto”. [Un choque de semejante energía dejaría la misma concentración en isótopos de oxígeno en la Tierra y la Luna pero algo más de isótopos pesados de potasio en la Luna].
Cada vez estamos más cerca de entender de dónde salió la Luna.
Publicado por Principia Marsupia, blogger y doctor en Física Teórica.

martes, 13 de septiembre de 2016

Contra la tontería de lo natural.

Banksy

La alimentación natural no existe, es sólo un reclamo para vender más. Frutas, verduras y carnes no tienen el sabor y la textura de cuando la naturaleza los trajo al mundo. Por suerte: muchos serían incomestibles.

Sucedió ayer mismo: en la nota de prensa del lanzamiento de un restaurante leí que en el establecimiento se cocina con ingredientes naturales. “¡Hombre, claro!”, pensé, “¡No váis a cocinar con ingredientes sintéticos, como kevlar o grafeno!”
Lo natural prolifera. Están de moda, por ejemplo, los vinos naturales, esos que se obtienen tras una viticultura en la que no han mediado productos químicos y que, a menudo, saben a rayos. En los supermercados venden latas de salsa de tomate 100% natural, como si brotara directamente del interior de la tierra –qué estropicio, cuánto que limpiar–.
Aunque la naturaleza 'no es bonita ni adorable, es matar o que te maten' –como dijoRobert Crumb– lo natural está de moda. Pero el uso de la palabra “natural” encierra mil trampas.
reo que en muchas ocasiones, cuando alguien usa el término para hablar de un tipo de alimentación teóricamente saludable y de una cocina en la que no intervienen ingredientes procesados, lo hace para subirse al rentable carro de lo jipitrusko. ¿Pero existe la alimentación natural en el siglo XXI?
Pongamos que alguien está comiendo una ensalada de hortalizas de su propia huerta. Todo muy natural, ¿verdad? Pues no.
Las hortalizas que actualmente consumimos, incluso la que nos vende el payés más conectado con el Universo, son muy distintas a las variedades originales. En la naturaleza, una berenjena está llena de espinas, tiene poca carne, es fibrosa a más no poder y se pone marrón al segundo de cortarla. ¿Las zanahorias? Unas raíces duras, fribrosas, amargas y prácticamente incomestibles. Sucede que siglos de agricultura han modificado su apariencia y su sabor, como el de casi todas las frutas, verduras y hortalizas. Porque las hemos domesticado y adaptado a nuestros gustos; alejándolas, precisamente, de la naturaleza.
Lo mismo sucede con la carne. Los animales que comemos poco tienen que ver con sus antecesores, los que “creó” la naturaleza. Quizá, lo único que comemos en su estado natural, es el pescado que no proviene de acuicultura, las setas que cogemos en el bosque y otros frutos provenientes de colectas silvestres. Pero no nos engañemos, cuando salimos a recolectar comida no vamos al bosque, vamos al súper.
Si lo natural es aquello que no ha sido creado por la mano del hombre, poco podemos hablar de comida o alimentación natural, porque casi todo lo que comemos actualmente ha sido modificado por intervención humana.
¿Entonces? ¿Por qué? ¿Porque nos gusta tanto comer cosas naturales?
Una de los motivos más poderosos podría ser la quimifobia, la manía a todo lo que tiene una procedencia 'química' en contraposición a una filia por la quimérica busca de 'lo natural'. Pero como cuenta J.M. Mulet en su libro Los productos naturales, ¡vaya timo! –donde además pone en tela de juicio la agricultura y la ganadería ecológicas– la química forma parte de la naturaleza.
Como contó Mikel en este post de hace un par de años: "Los huevos que comes tienen ácido octadecadienoico. Los plátanos, E-306 (tocoferol). Los arándanos, hexanal, alfa-terpinaol, benzaldehído y hasta etil-3-metilbutanoato".
La quimifobia, la moda de lo ecopijo, este querer sentirnos como los primeros pobladores de un bucólico rincón del bosque… como decía el anuncio de un refresco muy poco natural, el ser humano es extraordinario y en un retorno a un origen en el que con toda naturalidad seríamos alimento de fieras corrupias, preferimos dar la espalda a miles de años de civilización y ordenación de ese caos que es la despiadada Naturaleza.
No tengo la más mínima intención de defender la industria alimentaria. Ni de promover el consumo de alimentos procesados. Pero lo natural no existe, es sólo un eufemismo para suavizar que cada vez estamos más alejados, precisamente, de la Naturaleza.
Jordi Luque. 
El Comidista, 5 de septiembre de 2016

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Ventanas del mundo

El fotógrafo André Vicente Gonçalves ha revelado su último proyecto, "Puertas del Mundo", en el que documenta cientos de puertas de ciudades de todo el mundo,  mostrando su interés en la manera en que un pequeño elemento de arquitectura puede llegar a expresar tanto sobre sus habitantes y el sentido humano de la seguridad.
A través del uso del collage, el autor logra mezclar regiones específicas en una sola imagen, revelando tendencias y estilos que dominan la zona.










lunes, 5 de septiembre de 2016

El mundo mejora cuando nos besamos

Decía Gustavo Adolfo Bécquer que "El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada". Los besos son como mariposas que vuelan desde cada uno para posarse en otros. Besos de abuela, lametones de perro, besos de amantes, fraternales, de mariposa, de amor, de cortesía, curativos, los primeros inolvidables besos y los besos tristes de despedida. Entre todas las razas, entre todos los sexos, edades y condiciones. Somos animales que besan y que quieren ser besados, por tanto, existen tantos tipos de besos como maneras hay de amar. Los hay paliativos para el alma, los que se quedan en la frente y los que se pierden más allá de la garganta. El mundo mejora y se encoge un poco más cuando nos besamos.. Ya lo escribió Octavio Paz,  "Un mundo nuevo nace cuando dos se besan". Mejoremos el mundo pues...