Como siempre he vivido
con los pies en las nubes,
necesito el amor
para poner las manos en la tierra.
He hablado con la muerte por teléfono
y he recibido e-mails de amor
que se borraron
sin dejar una lágrima de papel amarillo.
Nadie olvide los tiempos,
pero nadie se engañe:
al final sólo importan el amor y la muerte.
Así fue
La vida hizo sus cuentas.
Desde entonces
el secreto que más he perseguido
es tu respiración.
Dos y dos son los labios en los labios,
la suma de los cuerpos y la queja.
Amada claridad.
Aunque perdí el sentido,
yo no podía equivocarme.
La vida hizo sus cuentas con los dedos,
y la piel un paisaje de multiplicaciones
al hundirse en la piel.
Vista cansada.
Luís García Montero
"Ya sé que no es eterna la poesía, pero sabe cambiar junto a nosotros, aparecer vestida con vaqueros, apoyarse en el hombre que se inventa un amor y que sufre de amor cuando está solo"
(Luis García Montero)
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