Escondido en la Holanda rural está Giethoorn, un pintoresco pueblo que se ha ganado el apodo de la "Venecia holandesa" porque carece de carreteras o cualquier forma de transporte moderno.
Para desplazarse, se viaja a la antigua usanza: por medio de los canales o a pie a través de uno de sus 176 puentes.
El apacible llugar, fundado alrededor del año 1230, cuenta con una serie de pequeños canales que guían a los barcos entre su histórica arquitectura y la exuberante vegetación
Los "barcos Whisper" eléctricos son alternativas muy populares a las embarcaciones a motor y producen una cantidad mínima de ruido. según Giethoorn tourism: "El sonido más fuerte que se oye normalmente es el graznido de un pato o el ruido de otras aves".
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