miércoles, 1 de mayo de 2013

Escandar Algeet.

"Mira: yo no sé lo que haces exactamente, pero desde que lo haces, todo es maravilloso

Puede que el amor sea una cárcel, pero al otro lado de su alambrada
tampoco está la libertad.
Lo supe desde el primer silencio en que no te vi.
Desde el primer te quiero en que no te tenía.


Las historias de amor muchas veces te las cuentan otros, o las ves; y algo, no sé el qué, te hace pensar que tuviste tu propio mar en los ojos de alguien que te agarraba la mano, y no preguntaba nada al respecto.
Hay momentos maravillosos que se quedaron allí, con nosotros, y ya no somos sino la consecuencia de que todo tiene que seguir siempre, que envejecer envejece, y no se trata de mirar una foto que te haga polvo la garganta, es tal vez un miedo más profundo de saber que cuando has sido feliz lo peor que puedes hacer es mirar hacia atrás.
Buscas un lugar que sea ese “donde sea” prometido, pero ni con esas eres capaz de matar las sonrisa perfecta que una vez tuviste.
No te olvides, lo que fuiste fue casual, y ahora eres lo que eres, y estás donde estás, por los mismos motivos, y da igual que sigas cometiendo los mismo errores de aprendiz de asesino, si nunca pretendiste matar.
Es lo mismo, pero no puedo decir mucho más.
Yo estoy por aquí, igual de perdido, sin querer encontrarme demasiado, confundido a veces, seguro de mí mismo, incapaz de llamarte un viernes por la tarde para decirte que por las noches sigue haciendo mucho frío, buscando tal vez conclusiones de algo que no es para nada importante.
El año 2007 será un principio de siglo en los libros de historia de los siglos que vienen, y tú ya habrás envejecido, y seremos un hasta siempre mezclado con arena de olvido. No seremos la gran cosa que imaginamos, y, si lo piensas detenidamente, incluso en eso están equivocados. Lo único que tenemos es esta capacidad de cogernos la mano, y sentirnos vivos. Solo eso…Y algunos fallos de los que poder reírnos, y por los que poder pegarnos.
Por mi parte, en este cuadrilátero desde donde escribo, solo quiero que pase el tiempo no demasiado rápido, estar atento y al tanto, y así decirme “valió la pena”, si después, con los años, la mierda se nos echa encima.
Hay quien se pone a hablar de la vida,y hay quien va y se juega su trabajo, su pan, y su miga, a una partida de naipes trucados.
“Confieso que he bebido”
El sabor de la magia lo descubrí en tus labios, y ahora, todo me sabe insípido.



Comparativa de presagios
aquella tarde cerré los ojos en la hierba para esperarte.
me tumbé al sol
y en ese momento de espera
olvidé el mismo final que siempre le pongo a mis cuentos,
las heridas que aun teniendo cicatriz por encima siguen bien dentro sangrandome,
olvidé este miedo absurdo a la muerte
y mi vieja colección de semillas de incertidumbres aun por plantar,
olvidé, y me daba igual, las mentiras con forma de motivo que siempre digo en voz alta,
los tembleques de piernas,
esta duda irrazonable de estar vivo,
todos los cartuchos vacíos que colecciono de disparos hechos al aire
y olvidé, en mi sala de hierba y espera, todo un futuro improbable del que siempre desconfío.

ya lo he dicho, aquella tarde me tumbé al sol, cerré los ojos,
y esperé a que llegases
con ese presagio impalpable que son tus labios atacándome por la espalda.

tumbado aquí en esta tarde, con la casa vacía
y todo demasiado solo,
cierro los ojos y trato de convertir estas sábanas sucias de mí
en pedazos de hierba a medias.

y lo único que se acerca
es el mismo final que siempre le pongo a mis cuentos,
las heridas que aun teniendo cicatriz por encima siguen bien dentro sangrandome,
este miedo absurdo a la muerte,
mi vieja colección de semillas de incertidumbres aun por plantar,
se acercan rápido y no da igual, las mentiras con forma de motivo que siempre digo en voz alta,
los tembleques de piernas,
esta duda irrazonable de estar vivo,
todos los cartuchos vacíos que colecciono de disparos hechos al aire
y se acerca, en esta cama de soledad y mierda, un futuro improbable del que siempre desconfío.

lo que se acerca 
es la ausencia de un contigo
que se parece a un sin mí tan grande
que busco tus labios atacándome por la espalda
y solo encuentro un presagio marchito
deshojándose.


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