El presidente de la Generalitat, Artur Mas, y Oriol Junqueras
argumentan con frecuencia y rotundidad que si Cataluña fuera
independiente, la Generalitat dispondría cada año de unos 16.000
millones de euros adicionales. Con ese dinero que “España nos roba” se
podrían prestar nuevos servicios, evitar recortes y reducir deuda.
Veamos algunos ejemplos. En junio de 2012, en una entrevista en el canal
en español de la CNN, el señor Mas, decía que: “Si Cataluña no tuviese
un déficit fiscal tan grande con España, de 20.000 millones de dólares
anuales, en dos o tres años podríamos liquidar totalmente nuestra
deuda”. En diciembre del mismo año, en un debate en la emisora RAC1, el
señor Junqueras decía: “¡Hombre!, tendríamos 16.000 millones más de
euros cada año; (...) son cuatro veces más que todos los recortes juntos
que hace la Generalitat; (...) mira que es fácil ¡por el amor de
Dios!”.
Esa cifra surge del informe de la Generalitat Resultats de la balança fiscal de Catalunya amb el sector públic central 2006-2009,
de marzo de 2012, que hizo famosos los exactamente 16.409 millones de
euros de déficit fiscal, que según la Generalitat, tuvo Cataluña con el
Estado en 2009 (posteriormente ha dado a conocer una cifra parecida para
2010 y todavía no hay datos para 2011). Artur Mas escribe en el libro What’s up with Catalonia?, que se trata de un déficit anual “inmutable”.
Muchos catalanes están convencidos de que la Generalitat
independiente dispondría cada año de esos 16.000 millones de euros
adicionales. Y ese es un poderoso argumento en favor de la
independencia. Pero realmente no es así. Y para explicarlo, imaginemos
que al día siguiente de la independencia, los señores Mas y Junqueras se
reúnen con el nuevo conseller de Hacienda, uno de los
economistas que han puesto su prestigio como garantía de ese cálculo,
para decidir en qué se van a gastar esos 16.409 millones.
El conseller carraspea y les dice que en realidad la Generalitat no dispone de esos 16.409 millones adicionales.
Los señores Mas y Junqueras, que se habían creído y explicado de
buena fe que la independencia aportaría recursos por un importe
equivalente a cuatro veces los recortes previstos, piden al conseller
que les explique cómo se calculó el déficit fiscal y de cuántos
recursos adicionales disponen. Sigamos su explicación en cuatro pasos,
utilizando los mismos datos y el mismo método de cálculo del propio
informe de la Generalitat.
Primero. Se estimó que Cataluña aportó 46.195
millones de impuestos a la recaudación del Estado. Pero como no existe
un registro contable de este dato y como no todos los impuestos que se
cobran en Cataluña los pagan los catalanes ni todos los que pagan los
catalanes se recaudan en Cataluña, hubo que hacer muchas hipótesis para
calcularlo.
Segundo. Se estimó que el Estado aportó a Cataluña
45.403 millones de euros en forma de bienes y servicios públicos que una
Cataluña independiente tendría que producir en su lugar.
Este cálculo tampoco es fácil. El conseller explica que solo
se contabilizó el gasto del Estado que se realizaba en el territorio
catalán. Y así, por ejemplo, en embajadas y consulados no se incluyó ni
un euro, aunque estos sean también utilizados por los catalanes; en
administración tributaria y justicia tampoco se computaron los gastos de
funcionamiento situados fuera del territorio catalán; y en defensa,
solo se computó el gasto de las pocas instalaciones militares que hay en
Cataluña.
Los señores Mas y Junqueras estarían empezando a pensar que a efectos
de hacer el presupuesto de una Generalitat independiente, esa forma de
calcular los costes no era muy realista. Pero dejemos que el conseller continúe su explicación.
Tercero. Restando las cifras de los puntos
anteriores se obtiene un déficit fiscal de Cataluña con el Estado de 792
millones. [Es lo que se llama el déficit fiscal observado por el método
del flujo monetario].
Los señores Mas y Junqueras preguntaron a la vez ¿cómo que 792?, ¿pero no eran 16.409? El conseller les recuerda que queda un último paso.
Cuarto. “Neutralización” del déficit público
estatal. Consiste en añadir a los ingresos que Cataluña aporta al Estado
la parte que le correspondería del déficit público del Estado. O, lo
que es lo mismo, descontar del gasto del Estado en Cataluña la parte que
no se paga con impuestos, sino con la deuda emitida para financiar ese
déficit.
La Generalitat calculó esa parte repartiendo el déficit del Estado
proporcionalmente a los ingresos aportados por cada comunidad autónoma.
En 2009 el Estado tuvo un déficit de 81.113 millones de euros. La
Generalitat calcula que Cataluña contribuyó con el 19,25% de los
ingresos del Estado por lo que añade 15.618 millones de euros a los 792.
Así obtiene los 16.409 [es lo que se llama el déficit fiscal por el
método del flujo monetario neutralizado]. El conseller
justifica la “neutralización” argumentando que los 15.618 millones es
una deuda que se pagará con impuestos de los catalanes de años futuros y
lo computa como un ingreso virtual que Cataluña ha hecho al Estado en
el presente.
Las razones, el significado y el método de cálculo de la
neutralización del déficit público en caso de independencia es un tema
controvertido. En sus estudios del beneficio fiscal de la independencia,
la Fundació CatDem de CiU dice que no hay que neutralizar, y la
Fundació Josep Irla de ERC, que sí debe hacerse.
En realidad, “neutralizar” el déficit es una manera de tomar en
cuenta el efecto del ciclo económico sobre el saldo fiscal. Aunque el
señor Mas diga que es “inmutable”, su composición y su valor cambian
mucho con el ciclo económico y un solo año no es suficiente para
analizar el problema. Pero no es nuestra intención entrar ahora en ello.
Nuestro objetivo y lo que preocupa realmente a los señores Mas y
Junqueras es saber si los 16.409 están disponibles o no para prestar más
servicios, evitar recortes o reducir deuda.
Lamentablemente no, tiene que reconocer el conseller. ¿Por
qué? Porque de los 16.409 millones solo 792 es dinero contante y sonante
pagado con impuestos del año 2009. Como hemos visto, el resto, 15.618,
corresponde a virtuales impuestos futuros que no están disponibles
porque los catalanes aún no los han pagado. Para poder gastarlos ahora
habría que endeudarse.
“¡Pero esto no es lo que hemos contado!”, dice el señor Junqueras. A
ver cómo explicamos eso en las entrevistas que nos hacen en TV3, dice el
señor Mas; porque si para disponer de esos 16.409 millones nos tenemos
que endeudar en 15.618 ¡así cómo vamos a reducir la deuda en dos o tres
años!
En efecto, no es lo que habían contado.
Tampoco habían contado que el método utilizado infravalora los costes
de los servicios que antes de la independencia prestaba el Estado y que
ahora tendría que asumir la Generalitat. Por ejemplo, los 16.409
incluyen un gasto de la Agencia Tributaria en Cataluña de 236 millones
pero el estudio del Consell Assessor per a la Transició Nacional estima
que el coste para Cataluña independiente será de entre 400 y 750
millones anuales, sin contar la inversión inicial. Tampoco se incluyeron
otros gastos como la aportación de Cataluña a la UE, quizá porque se
daba por hecho que de momento quedaría excluida aunque lo negasen.
En su informe, la Generalitat también calcula los costes de todos los
servicios del Estado que beneficiaron a los catalanes,
independientemente de que se prestaran desde dentro o fuera de Cataluña
(lo que se llama el método del flujo beneficio), y el resultado es que
en vez de un déficit de 792 millones, Cataluña tuvo un superávit de
4.105 millones antes de neutralización del déficit del Estado y un
déficit de 11.261 millones después de neutralización.
Se puede discutir mucho sobre las ventajas y los inconvenientes de la
independencia de Cataluña. Pero Cataluña no hubiese dispuesto en 2009 y
2010 de unos 16.000 millones para financiar servicios públicos
adicionales a los suministrados por el Estado. Y si estamos equivocados,
agradeceríamos que alguien nos diga de dónde saldrían.
Josep Borrell es catedrático Jean Monnet y Joan Llorach es empresario.
Publicado en el diario El País, 20 de enero de 2014
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