jueves, 25 de agosto de 2016

Malecón de La Habana.

Es 1991, y el fotógrafo español Juan Manuel Díaz Burgos se hospeda en el hotel Deauville de Centro Habana, a unos pocos metros del Malecón. Son los años –Período Especial– en que el Malecón como refugio alcanza su definición mejor. Sexo, amor, alcohol y brisa para olvidar el terrible manto de pobreza que se cierne sobre la ciudad. Este escenario, deja en Burgos una huella, quien promete regresar.
Cuatro año después, en 1995, Burgos comienza su serie El Malecón de La Habana, el gran sofá, tomándole el pulso a la ciudad desde uno de los mejores escenarios posibles. Korda funge anfitrión y Burgos logra ser uno más. Sus fotografías llenas de planos nos sitúan dentro, nos acercan. Burgos parece, sobre todo, formar parte de la vida de los sujetos que retrata.













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