lunes, 19 de diciembre de 2016

Qué ganas tengo de que acabe todo esto para no volver a pisar el país


“Qué ganas tengo de que acabe esto para no volver a pisar el país”, declaraba la Infanta Cristina durante su testimonio en el juicio del caso Nóos. Ahora que su comparecencia ha terminado, Doña Cristina deja España con tristeza, consumida por el rencor y la nostalgia de tiempos mejores.



Como los refugiados de Alepo, la infanta abandona el país con un par de fardos atados a la espalda. Apenas lo imprescindible. Hasta mañana no llegarán las 14 maletas restantes con ropa y zapatos.
El dolor por el exilio difícilmente se ve mitigado por el esfuerzo de los voluntarios del centro de acogida en Suiza. Siete mayordomos filipinos se ocupan de que la infanta, Urdangarín y sus cuatro hijos dispongan de lo necesario para sobrevivir en Ginebra: mantas, un plato de sopa caliente y un forfait para la estación de Verbier.
Cristina de Borbón se hospeda en un campo de refugiados exclusivo de los Alpes Suizos. Apenas 1.200m2, con trece baños, piscina y 300.000€ de gasto en seguridad. Estos han sido recaudados mediante un sistema de crowdfunding conocido como “tus impuestos”.
Con enorme dolor, Doña Cristina y su familia se han visto obligados a prescindir de Shalala, su asistenta personal. La familia al completo, quebrada por el recuerdo de las bombas de racimo judiciales que cayeron sobre su patrimonio, intenta recomponerse. En el jacuzzi. Cada uno en el suyo.

Portada de El Jueves, 19 de diciembre de 2016

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