viernes, 13 de febrero de 2015

Nicolás M.Poulsen.




Un escritor es como un mago: tiene permiso para mentir, pero también la obligación de hacernos olvidar que miente.

Olvidarte es siempre el riesgo de volver a conocerte.

Llegar a las mismas conclusiones no implica pensar de la misma manera.

Uno escribe lo que quiere y al final la gente entiende lo que piensa.

Perdonar es fácil cuando ya no importa.

Nada nos define mejor que aquello que nos entusiasma.

Ninguna tristeza se ha resuelto explicándola.


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