lunes, 19 de octubre de 2015

¿Es todo trigo limpio? Elvira Lindo

 Las palabras del arzobispo de Valencia se centraron en la “invasión” de refugiados e inmigrantes de la que está siendo víctima nuestra Europa. “¿Es todo trigo limpio?”, se preguntaba Cañizares, olvidando por un momento la proverbial caridad cristiana. A esta pregunta, que hiela la sangre, habría que contestarle que, obviamente, no, no es todo trigo limpio en ningún grupo de seres humanos. Por tanto, no hay orgullo que valga en esta raza imperfecta a la que pertenecemos. No es trigo limpio todo cristiano viejo, ni todo español de varias generaciones, no fueron trigo limpio muchos de los alemanes de la vieja Europa, ni fue trigo limpio el Vaticano durante el nazismo; no es trigo limpio, como se viene demostrando, un sector indecente de la clase política; no fueron trigo limpio quienes encargados de administrar la prosperidad de nuestro país lo arruinaron en los últimos años no sin antes llevarse una pasta más allá de sus fronteras; no han sido trigo limpio, como bien ha reconocido el Papa, algunos abusadores de niños de la Iglesia Católica. De momento, nuestro país no ha sido invadido. No hay estadística que avale semejante miedo. Y en cuanto a que la entrada de inmigrantes y refugiados pueda convertirse en el Caballo de Troya que amenace Europa habría que recordar que los atentados islamistas sufridos por nuestro continente fueron perpetrados por ciudadanos que ya vivían en nuestros países y que las Torres Gemelas fueron derribadas por unos tíos que doblegaron a la tripulación con cuchillos del servicio de comidas. Nada hay más fácil que provocar una matanza. Incluso un niño con una bomba en el vientre puede hacerlo. 

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