lunes, 18 de octubre de 2010

Arte americano de la Phillips Collection



La Phillips Collection es uno de esos proyectos que prosperó gracias al pragmatismo entusiasta de una persona, en este caso el crítico y fundador Duncan Phillips, que creó en Washington, poco después de la Primera Guerra Mundial, el primer museo norteamericano de arte moderno. Y no contento con adquirir raras obras europeas, se atrevió a apostar por modernos autóctonos. Algo más meritorio de lo que parece, dada la extraña situación que vivía Estados Unidos. Por aquel entonces, el arte no estaba bien visto, porque no era una actividad que proporcionara utilidad alguna.

Tal vez por eso, los paisajistas románticos americanos del XIX, o los artistas de la Escuela del Hudson (como Durand, ahora en la Juan March) inventaron esa mística de la naturaleza cuya contemplación, incluso pintada, proporcionaba aprendizaje moral y salud mental. A este carro se arrimaron impresionistas como Chase, Hassam (tienen un aire a nuestro Rusiñol), el más conocido Whistler (que se parece al más simbolista Ramón Casas), el posimpresionista Prendergast o el Zuloaga de allá, Homer.
El centro espiritual de la muestra descansa en los Dove, O’Keefe, Hartley, Marin... que, buscando un simbolismo cada vez más fuerte en esa naturaleza "a la americana", encuentran el surco, el sol, la flor simplificados. O lo que es lo mismo, un caminito que conduce a la abstracción. Parecido rumbo siguen los alter egos de Palencia o de nuestras Mallo y Varo: Hopper, Lee, Kuniyoshi, Peppino, Pippin, Averi... que hablan de la vida moderna simplificando la figura humana. Por no hablar de los cantores de la ciudad (Sheeler, Bruce), cada vez más cercanos al ligero cubismo americano (Davis, Graham, Brolotwsky). Hasta que, casi sin darnos cuenta, caemos en Calder, Still, Pollock o Rothko, los superabstractos que desplazan el centro del arte moderno de París a Nueva York.

Un viaje a través de 62 autores y más de 90 cuadros, tan seductor que ni Hopper destaca. Y es que el conjunto expresa de maravilla el nacimiento de la modernidad americana tal y como debió soñarla el gran Phillips: sincera y desemejante.
Retrato de una época
John Gutmann (1905-1998), un solitario y culto fotógrafo europeo de origen alemán, es testigo fascinado del nacimiento de la modernidad en Estados Unidos. Su mirada, como la nuestra, se sorprende por esa energía de un país nuevo que está creando una vanguardia extremadamente sólida y que en los años 50 será reconocida como la avanzada del arte occidental. La planta baja de la Fundación Mapfre muestra su legado

Fundación Mapfre (Paseo de Recoletos, 23)
Madrid
http://www.mapfre.es/
Hasta el 16 de enero

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