Otra consecuencia del cambio climático, el calentamiento global de la temperatura terrestre y la sobrepesca, es la aparición de medusas en invierno. La medusa Pelagia noctiluca cada año está más presente en el Mediterráneo y las Baleares.
Desde el año 2002 la frecuencia de estos organismos en el Atlántico nororiental es mayor durante los inviernos debido a que éstos han sido más cálidos, con la tendencia a aparecer más temprano y más tiempo en su ciclo anual.
Las consecuencias son muy negativas para la pesca y para el turismo. Son especies depredadoras voraces y se alimentan de larvas de peces y de zooplancton por lo que alteran la estructura trófica de los ecosistemas marinos. El turismo también se ve afectado ya que los turistas no pueden disfrutar del mar como les gustaría por miedo a una de las picaduras más dolorosas.
Desde el año 2002 la frecuencia de estos organismos en el Atlántico nororiental es mayor durante los inviernos debido a que éstos han sido más cálidos, con la tendencia a aparecer más temprano y más tiempo en su ciclo anual.
Las consecuencias son muy negativas para la pesca y para el turismo. Son especies depredadoras voraces y se alimentan de larvas de peces y de zooplancton por lo que alteran la estructura trófica de los ecosistemas marinos. El turismo también se ve afectado ya que los turistas no pueden disfrutar del mar como les gustaría por miedo a una de las picaduras más dolorosas.
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