miércoles, 9 de febrero de 2011

84,Charing Cross Road. Helen Hanff.


A "sus amigos del 84 de Charing Cross Road"

La Antología del aficionado a los libros salió del embalaje con su encuadernación de piel con estampaciones en oro y sus cantos dorados: es, sin lugar a dudas, el libro más hermoso que poseo, incluida mi primera edición de Newman. Parece tan nuevo y tan flamante como si nadie lo hubiera hojeado nunca, pero alguien lo ha leído: se abre espontáneamente por sus pasajes más bellos, y el fantasma de su anterior propietario me señala párrafos que jamás he leído antes. Como la descripción que hace Tristam Shandy de la notable biblioteca de su padre, que "contenía todos los libros y tratados escritos sobre el tema de las grandes narices" (¡Frank, consígueme un Tristam Shandy!)

No me parece que éste sea un intercambio de regalos de Navidad muy equitativo. Vosotros os comeréis el vuestro en una semana y antes del día de Año Nuevo os quedaréis sin nada. Yo, en cambio, conservaré el mío hasta el día que me muera...y moriré feliz sabiendo que lo dejo detrás para que algún otro lo aprecie. Pienso marcarlo a conciencia con suaves indicaciones a lápiz, para atraer la atención de un amante de los libros aún por nacer sobre los mejores pasajes. Gracias a todos.


Querida Katherine:

Interrumpo la tarea de limpiar mis estanter´´ias y me siento en la alfombra, rodeada de libros por todas partes, para escribirte una letras y desearos un buen viaje. Espero que tú y Brian lo paséis muy bien en Londres. El otro día me preguntó por teléfono:"¿vendrías con nosotros si tuvieras dinero para el viaje?" y a mí se me saltaron las lágrimas.

Pero..no sé...tal vez sea mejor que nunca haya estado allí. Soñé tanto con ello y durante tantísimos años..Solía ir a ver películas inglesas sólo para familiarizarme con las calles. Recuerdo que años atrás un muchacho al que conocía me dijo que las personas que viajaban a Inglaterra encontraban exactamente lo que buscaban. Yo le dije que buscaría la Inglaterra de la literatura inglesa, y él asintió y me dijo: "Está allí".

Tal vez sea cierto, o tal vez no. Porque ahora, al mirar a mi alrededor en la alfombra, siento una certeza:está aquí.


Helene Hanff.

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