miércoles, 3 de junio de 2009

Villard de Honnecourt

Es el autor de "Livre de portraiture", una publicación de 33 páginas de pergamino (data del siglo XIII) que explican las técnicas empleadas en los talleres de arquitectura de la época. En este manual, inicialmente destinado a sus alumnos, también se desprende enseñanzas sobre cómo representar la figura humana, los asuntos animales y vegetales. De esta copia se deduce que su autor estuvo en Suiza, Hungría, Suiza y Alemania, pero se desconocen obras concretas. El "Livre de portraiture" se reeditó en 1858.
En realidad se trata del único manual técnico del siglo XIII y el documento más importante de la arquitectura de la Edad Media,
El profesor Rafael Cómez Ramos, del grupo de investigación Laboratorio de Arqueología y Arquitectura de la Hispalense, lo conoce bien porque en el verano de 2002 siguió los pasos de Honnecourt a partir del recorrido descrito en el manuscrito medieval.Cómez Ramos, autor de estudios sobre el Alcázar de Sevilla, los constructores de la España medieval, la arquitectura alfonsí o el arte mudéjar sevillano, dedicó aquel verano a reproducir el viaje y dedicó varios años a investigar las muchas lagunas que aún existen sobre este documento.
El resultado ha sido un libro publicado por la Fundación Aparejadores, La historia de Villard de Honnecourt: arquitectura y crítica, que indaga en el itinerario biográfico de un personaje que muchos consideran el «Vitrubio gótico» por ser un experto conocedor de la historia de la arquitectura europea. Pero aún existen muchas incógnitas sobre quién fue realmente Villard de Honnecourt. Hay quien asegura que fue «un imaginativo clérigo», un «habilidoso orfebre» o «un curioso aficionado al dibujo».
El trabajo del profesor Cómez Ramos se centra, además de en rescatar los dibujos de aquel viaje, en poner al día la cuestión de Honnecourt, ya que existen investigadores que no lo consideran un arquitecto, a pesar de que su libro es una de las fuentes más importantes para el estudio de la arquitectura gótica. Por otro lado, Rafael Cómez Ramos es el primero que aborda su estudio desde España.
Desde que en 1858 se publicó el manuscrito de Villard de Honnecourt por Jean Baptiste Lassus, el documento ha estado rodeado de cierto misterio, entre otras cosas, porque faltan varias páginas. Rafael Cómez Ramos admite que su investigación es «un work in progress (un trabajo en proceso) porque Villard es una cuestión abierta» a causa de la cantidad de incógnitas que lo rodean.
Pero ¿quién fue realmente este clérigo-arquitecto-dibujante que dibujó las catedrales góticas de su tiempo? El profesor Cómez Ramos apunta que Villard debió nacer hacia 1200 en Honnecourt-sur-l’Escaut a orillas del río Escalda, cerca de Cambrai, en la Picardía francesa.
Parece que las primeras letras las aprendió en el cercano monasterio benedictino de Saint Pierre y de joven trabajó en la abadía cisterciense de Vaucelles donde comenzó sus labores como aprendiz .
Rafael Cómez Ramos emprendió el viaje siguiendo el recorrido del libro medieval cuya partida se inicia en Cambrai, donde Villard dibujó la cabecera de la catedral de Notre Dame, los alzados, las capillas y arbotantes. Esta catedral fue destruida en 1796, pero se conservan dibujos y una maqueta de 1695, por lo que las anotaciones de Honnecourt son muy valiosas para imaginar cómo pudo ser este edificio perdido.
El itinerario tenía un destino: Hungría. El profesor Cómez Ramos aporta la posible hipótesis sobre el origen del viaje. «Probablemente se deba al taller de Cambrai pues Isabel de Hungría, casada en 1221 con Luis IV, y margrave de Turingia, había hecho una donación a la catedral de Cambrai».
Así que Villard partió de Cambrai y alcanzó la catedral de Laon donde le causan gran admiración sus torres. Después llegó a Reims y dibujó una ventana de la nave que aparece en el cuaderno de viaje.
La incógnita del regresoEl investigador Rafael Cómez Ramos siguió el cuaderno de Honnecourt como si fuera una guía de viaje que se adentraba en el pasado medieval. Hubo ocasiones en las que la ausencia de páginas del manuscrito creaba incertidumbres sobre el itinerario real que había seguido el autor.
Cómez planteó entonces hipótesis sobre el recorrido que siguió desde Francia a Hungría pasando probablemente por Tréveris, Marburgo o Bamberg –cuya catedral se hallaba en construcción–.
Desde Bamberg viajó a Ratisbona y de allí por vía fluvial a través del Danubio llegaría a Viena donde seguiría hasta Esztergom ya en Hungría. Existen muy pocos datos sobre su estancia en Hungría y se desconoce por qué abandona el país, aunque es posible que fuera a causa de la amenaza de los mongoles de la Horda Dorada, que invaden Hungría en 1241.
Otra de las grandes incógnitas es qué recorrido de vuelta hizo. El autor plantea que se hizo por la península itálica por la presencia del mundo clásico bajo formas góticas tan evidente en el libro de Villard.
ItinerarioEn el hipotético itinerario de vuelta sugiere el paso por la Provenza con paradas posibles en la abadía románica de Souillac, Luxeuil, Herivaux hasta llegar a París. Ya a su regreso marcha a su tierra natal, la Picardía donde se construía la colegial de Saint Quentin. «Allí tendría lugar la reorientación de su cuaderno de notas como libro de taller, allí también ocurrirían las conversaciones y discusiones con el culto segundo maestro, que añadiría sus observaciones al manuscrito», explica Cómez Ramos quien añade que Honnecourt moriría posiblemente hacia 1250.
De Villard Honnecourt no existen lápidas sepulcrales ni documentos ni contratos de construcción. Sólo queda su libro y muchas dudas sobre su supuesto retrato, incluido en el manuscrito, en el que aparece un guerrero con cota de malla, casco y escudo con la inscripción ‘De Honnecourt el que estuvo en Hungría’.
«Sin embargo, es producto de la imaginación aristocrática de los Félibien, antiguos propietarios del manuscrito que se decían descendientes del ‘caballero’ autor de los dibujos», señala Cómez Ramos quien apunta otra figura del libro como posible autorretrato de Villard. En ella aparece el rostro de un hombre enmarcado tras el ‘velum’ cuadriculado entre las figuras del arte de geometría. ¿Sería el misterioso Villard de Honnecourt?

No hay comentarios: