viernes, 14 de agosto de 2009

Arquitectura



La renovación de las Bodegas Protos en Peñafiel, Valladolid, se basa en los criterios clásicos más modernos: un partido claro, geometría modulada, materiales nobles, detalles efectivos y una serie de gestos que determinan su personalidad. Nada exagerado, todo simple y ordenado. Esta arquitectura es posible siempre, en cualquier tiempo y lugar. Y no desmerece para nada sus méritos, que no son pocos y que tampoco son fáciles de consolidar. Entre tanta algarabía morfológica y materiales sintéticos, entre leds y controles robóticos, entre triglifos y metopas de plástico y columnas dóricas pretensadas, nunca hay que olvidar que la buena arquitectura no es dependiente de ningún soft, de ningún símbolo del pasado ni de ningún desafío gravitatorio; sólo depende del critero sano de quien comprende su medio y sus posibilidades y no reniega encaprichado de las mejores soluciones, aún cuando sean las más simples.





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