jueves, 23 de junio de 2011

Últimas tardes con Teresa

"Hay apodos que ilustran no solamente una manera de vivir, sino también la naturaleza social del mundo en que uno vive.
La noche del 23 de de junio de 1956, verbena de San Juan, el llamado Pijoaparte surgió de las sombras de su barrio vestido con un flamante traje de verano color canela;bajó caminando por la carretera del Carmelo hasta la Plaza Sanllehy, saltó sobre la primera motocicleta que vio estacionada y que ofrecía ciertas garantías de impunidad ( no para robarla, esta vez, sino simplemente para servirse de ella y abandonarla cuando ya no la necesitara) y se lanzó a toda velocidad por las calles hacia Montjuich. Su intención, esa noche, era ir al Pueblo Español, a cuya verbena acudían extranjeras, pero a mitad de camino cambió repentinamente de idea y se dirigió hacia la barriada de San Gervasio. Con el motor en ralentí, respirando la fragante noche de junio cargada de vagas promesas, recorrió las calles desiertas. flanqueadas de verjas y jardines, hasta que decidió abandonar la motocicleta y fumar un cigarrillo recostado en el guardabarros de un formidable coche sport parado frente a una torre. En el metal rutilante se reflejó su rostro -melancólico y adusto, de mirada grave, de piel cetrina-sobre un firmamento de luces deslizantes, mientras la suave música de fox acariciaba su imaginación: frente a él, en un jardín particular adornado con farolillos y guinarladas de papel, se celebraba una verbena."
Últimas tardes con Teresa
Juan Marsé.

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