martes, 8 de junio de 2010

Kim PHuc: " El perdón es más poderoso que cualquier otra arma"



La fotografía de una niña corriendo despavorida por una carretera, desnuda y abrasada por el napalm fue la imagen de la guerra de Vietnam.

En palabras de Kim Phuc: "El 8 de junio de 1972, todos estábamos escondidos en el templo. Los soldados escucharon a los aviones sobrevolando el lugar y gritaron, ¡corran, corran! Corrí con mis hermanos y mis primos, y cuando me quise dar cuenta había perdido mi ropa, y mi piel empezaba arder"




Kim sufrió quemaduras en el 65% de su cuerpo, pero Nick Ut, el fotógrafo vietnamita autor de la foto que dio la vuelta al mundo y ganó el Pulitzer en 1973, la recogió, la llevó a hospital y le salvó la vida. Permaneció hospitalizada 14 meses y ha sufrido 17 operaciones

"Yo no sabía lo que era el dolor. Me había caído de la bicicleta alguna vez, pero el napalm es lo peor que puedan imaginar. Es quemarte con gasolina por debajo de la piel. Me desmayaba cada vez que las enfermeras me metían en la tina y cortaban la piel muerta. Pero no morí. Dentro de mí había una niña pequeña y fuerte, que quería vivir"
Una vez recuperada, su primer deseo fue volver a la escuela. Soñaba con ser doctora. Sin embargo, el Gobierno decidió convertirla en un icono propagandístico y tuvo que interrumpir sus estudios. "Los soldados venían a buscarme a clase para hacer entrevistas con periodistas extranjeros"
Pero su deseo de aprender logró imponerse y obtuvo el permiso para seguir estudiando en la Universidad de La Habana, donde aprendió el español. Allí conoció a otro estudiante vietnamita, Bui Huy Toan, con el que se casó y se fue de luna de miel a Moscú. En su vuelo de regreso a la isla, la pareja desertó cuando su avión aterrizó en Canadá, donde actualmente residen con sus dos hijos, Tomás y Steven.
En 1997 creó la Fundación Kim Phuc, que se dedica a ayudar con los niños víctimas de la guerra y la violencia en países como Timor, Rumanía o Afganistán, y a defender la educación como la mejor herramienta de futuro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tremendo, solo puedo sentir admiración, espero q la vida te haya devuelto todo lo que aquel dia perdistes, q mierda de vida nos quieren dar algunos.