martes, 19 de mayo de 2009

El balcón más triste


Dicen que hay imágenes que valen por mil palabras, pero a veces es al revés.

Nada de especial diría esa foto si no fuera por el texto que la acompañaba.

"...Diez meses de olvido, del blanco han pasado al gris barcelonés. Son el fantasma de la última colada de la señora Neus, como todavía la recuerdan muchos vecinos en el barrio del Raval. Un día de finales de mayo del año pasado llegaron los bomberos a su casa de la calle de En Roig y una ambulancia se la llevó.Ya estaba muerta, dicen los vecinos. La ingresaron en el Hospital del Mar y ella misma se dió el alta. Queria morir en su casa. Lo consiguió..."

El día que sellaron la casa, nadie se acordó de esas toallas ni del pijama, ni de las plantas que se resisten a morir.

"Detrás de la puerta de la señora Neus,como detrás de los 600 pisos vacíos y clausurados que algunas inmobiliarias calculan que hay en el Raval, quedan los fantasmas y los recuerdos de lo que fue tanto el Distrito V como el Barrio Chino. Las puertas de sus pisos se clausuraron porque no aparecieron herederos cuando los dueños murieron y no se abrirán quizás en 10, 20 ó 30 años.
Así seguirán hasta que aparezca un heredero (que tiene hasta tres decadas para aceptar o rechazar la herencia) o la Generalitat concluya que no hay descendientes y los subaste."

y hay más historias que acompañan esta foto y otras parecidas...

El legado de las "queridas".

"Las inmobiliarias que operan en la zona se han convertido en los verdaderos espías del siglo XXI. Saben las historias pasadas y las presentes. Muchos pisos desocupados eran el legado de las llamadas "queridas". En la calle Robador -epicentro, eso sí, del Barrio Chino-medio edificio pertenecía a una mujer que fue la amante durante muchos años de un empresario de la burguesía barcelonesa.
Ellos murieron y a ellas les cuesta mucha burocracia demostrar que ese piso les pertenece, como mínimo, por derecho de piel y palabra. Las leyes de los años 40 no permitían que una mujer sola tuviera un piso a su nombre. Si ellas mueren sin llegar a demostrar nada, el piso se queda vacio y clausurado."

Catalina Gayà. Barcelona
El Periòdico de Catalunya. 02.04.06


La ropa lleva ahí colgada como mínimo cinco años. Cada día está más gris, más color ala de mosca, más color Barcelona. La raya roja del pantalón ya no es ni recta. Esa colada ya no es sinónimo de limpieza; es un despojo más del paisaje urbano. Los vecinos la han integrado de tal manera que ya ni se percatan de su presencia. La señora la colgó quizá unas horas antes de desaparecer para siempre.
Catalina Gayà. Barcelona
El Periòdico de Catalunya- 15.04.09

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